Un año después de la dana de Valencia: la ola de solidaridad que llegó desde el Pirineo Aragonés

Vecinos, empresas, asociaciones y cuerpos de seguridad de la Jacetania y el Alto Gállego organizaron donaciones, voluntarios y apoyo logístico hacia los municipios valencianos más afectados por el temporal

Paola Bandrés

Jaca - Publicado el

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Hace un año, la dana que arrasó la provincia de Valencia dejó daños materiales y pérdidas humanas que marcaron al país. Ante la emergencia, la Jacetania y el Alto Gállego, en el Pirineo Aragonés, respondieron con rapidez, coordinando una red de ayuda que llevó alimentos, productos de higiene y voluntarios hasta las zonas más afectadas.  

Movilización ciudadana en la Jacetania y el Alto Gállego  

En Jaca, el Ayuntamiento y la Comarca de la Jacetania habilitaron un punto de recogida en la pista de hielo, donde vecinos y asociaciones entregaron alimentos no perecederos, productos de limpieza y de higiene

Carlos Serrano, alcalde de Jaca, en el punto de recogida

Paola Bandrés

Punto de recogida en la pista de hielo de Jaca

El alcalde, Carlos Serrano, destacó la rapidez de la respuesta ciudadana y la coordinación con Cáritas Diocesana de Jaca, que canalizó también aportaciones económicas hacia Cáritas Valencia para garantizar que los recursos llegaran donde más se necesitaban.

Comarca Alto Gállego

Punto de recogida del Alto Gállego

Cuerpos de seguridad y rescate sobre el terreno  

Policías locales de Jaca y Sabiñánigo se desplazaron a Catarroja (Valencia) como parte del operativo del Gobierno de Aragón, realizando tareas de seguridad, vigilancia y apoyo logístico

Además, el Regimiento de Infantería 'Galicia 64' de Cazadores de Montaña de Jaca y los GREIM de la Guardia Civil participaron en rescate, búsqueda de desaparecidos y seguridad ciudadana, contribuyendo a la normalización de la situación en los municipios más afectados.

Empresas y asociaciones: otra cara de la solidaridad  

El tejido empresarial también se volcó. La Asociación de Empresas de la Jacetania (ACOMSEJA) coordinó una flota de vehículos para transportar donaciones y evitar colapsos. 

La compañía Ercros, con planta en Sabiñánigo, donó hipoclorito sódico para envasar y distribuir 100.000 botellas de lejía, esenciales para limpieza, desinfección y tratamiento de aguas en los municipios valencianos.

Incluso la Biblioteca de Villanúa destinó parte del Premio María Moliner a editoriales y librerías afectadas por la dana, adquiriendo libros para apoyar su recuperación económica y cultural.

Un gesto solidario que trascendió fronteras  

La respuesta de la Jacetania y el Alto Gállego se convirtió en un ejemplo de colaboración ciudadana y territorial. Vecinos, voluntarios, empresas, asociaciones y cuerpos de seguridad demostraron que, ante una emergencia como la dana de Valencia, la acción coordinada puede marcar la diferencia y llegar allí donde más se necesita.