La SD Huesca se apoya en los aficionados y mira al futuro

Con la campaña de abonados recién iniciada, la SD Huesca persigue la estabilidad. Mantener el dato de la pasada temporada, con 7.100 fieles, es uno de los retos que se marca un club instalado en el fútbol profesional. La década transcurrida desde el último ascenso a Segunda División en 2015 no enseña ni mucho menos una foto fija. En este periodo se ha duplicado la media de asistencia a un estadio de El Alcoraz que se ha reformado para atender la demanda por el salto a la máxima categoría. De los 3.053 asistentes del 15-16 a los 6.010 del curso recién concluido; por el camino, una vuelta de tuerca institucional que se apoya en la masa social de manera rotunda.

El peso de la afición se traslada a decisiones como el regreso de un abono unitario frente a las dos velocidades del verano pasado -con y sin derbi aragonés, básicamente-, la bajada de los precios respecto a aquella opción premium o la manera de acicalar la nueva grada de animación. Los rectores del club azulgrana desde el pasado mes de agosto han asistido a un nuevo repunte de aficionados en las 21 jornadas del campeonato regular, en las que se sumaron 126.206 asistentes. Una cifra récord, mejor que la de la temporada 18-19 en Primera División. Esta fue de 125.488, con el matiz de que se trataba de dos compromisos menos y de que por tanto la media de entonces fue de 6.605 personas.

Por otro lado, Dani Martínez seguirá en el banquillo del equipo rojiblanco, que volverá a competir en la Segunda RFEF bajo el mando del entrenador natural de Almudévar. Las dos partes han alcanzado un acuerdo para que el entrenador aragonés siga vinculado al proyecto durante el curso 25-26. La UD Barbastro opta así por la estabilidad, pues el proyecto sigue adelante con Josan Fierro como presidente y Roberto Santamaría en la dirección deportiva para volver a atar la permanencia. Sumada una etapa anterior ha alcanzado 128 encuentros con la entidad del Somontano, y 132 en total en Segunda RFEF.