Beli Orta: una lucha contra el Cáncer, por todo lo alto "La vida es lo que tenemos ahora"
Esta enfermera y paciente oncológica del Hospital de Valme, con su afán de superación, le llevo a coronar El Calvitero
Sevilla - Publicado el
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Beli Orta, enfermera y paciente de cáncer de pulmón del Hospital Virgen de Valme, ha conquistado el pico más alto de Extremadura, El Calvitero, para dar visibilidad al Cáncer de Pulmón. Lo ha hecho mientras continúa su tratamiento de quimioterapia, demostrando una inmensa capacidad de superación y ganas de vivir.
A pesar de su gesta, ella se muestra humilde: "No me siento ni guerrera ni campeona, creo que soy una persona que simplemente quiere vivir". Para Beli, el motor principal no es la lucha, sino algo más fundamental: "Yo lo único que le pido a la vida es vivir".
"No me siento ni guerrera ni campeona, creo que soy una persona que simplemente quiere vivir".
Una señal en forma de tuit
La idea de este reto surgió apenas dos semanas después de ser diagnosticada, a través de un tuit de la asociación "A Pulmón" que le mostró su gerente de hospital. Al ver a otros pacientes, a los que llama "pulmoncitos", subiendo cumbres, sintió que su vida no había terminado y que podía seguir persiguiendo sus pasiones, como el Camino de Santiago y la montaña.
Desde ese momento, supo que quería unirse. Tras recibir el permiso de su oncólogo, se sumó a la expedición en Extremadura junto a su amiga Marta y otras dos pacientes de cáncer de pulmón, además de un equipo de montañeros expertos y personal médico que califica como "excepcional".
Un ascenso lleno de simbolismo
El ascenso a El Calvitero se produjo en un día especialmente significativo. Era el 2 de noviembre, Día de los Difuntos, y justo cuando se cumplían cinco meses de su diagnóstico. Beli Orta miró al cielo, vio unas nubes en forma de alas y pensó en sus padres, a quienes dedicó la hazaña.
La subida fue "muy pausada, muy tranquila", sin ninguna alteración física, más allá del cansancio lógico de superar un desnivel de 700 metros. Al llegar a la cima, la emoción la desbordó, acordándose de toda la gente que la apoyaba desde la distancia, de sus padres y del equipo que la acompañaba.
El verdadero reto: que nadie se sienta solo
Para Beli, su mayor reto ahora es otro: "que los pacientes que estén diagnosticados de cáncer de pulmón, los que vengan, que no se sientan solos". Menciona la asociación AEACAP como una red de apoyo fundamental. Describe el diagnóstico como si un puzle, el de tu vida, se desmoronara por completo y tuvieras que empezar a montar las fichas de nuevo, dando lugar a una persona "distinta, pero con ganas de seguir viva".
Insiste en que las cumbres son personales y no siempre miden miles de metros. "Hay pacientes que, por su situación física, no consiguen llegar a tirar la basura. Si esa persona consigue llegar y tirar la basura, esa es su cumbre". Se trata de buscar una cima propia y trabajar para alcanzarla.
La vida es lo que tenemos ahora, mañana no, pero hoy sí"
Su filosofía es clara y la comparte con todos, pacientes o no: "La vida es lo que tenemos ahora, mañana no, pero hoy sí". Es un mensaje para vivir el presente, un día a día que para ella incluye caminar ocho kilómetros para ir a la panadería, tomando siempre "el camino más largo, porque si no, me aburro".
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