La presa de Siles sigue a la espera de que las administraciones se pongan de acuerdo en quien tiene, o no, que pagar las conducciones en alta que permita a los regantes usar el agua que almacena el pantano desde hace cuatro años. Junta de Andalucía y gobierno Central sigue enfrentados echándose la responsabilidad del atasco que sufre la presa sin que nadie se haga cargo de las obras que sirvan para poder usar una infraestructura que costo más de 44 millones de euros.

Hace tan sólo unos días que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, por medio de su presidente Joaquín Páez, desveló que«en breve» se pondrá sobre la mesa una solución que«permita desatascar la situación» pero no quiso dar más detalles de cómo y de qué manera se desbloqueará este contencioso que enfrenta a Junta y Gobierno sin que todavía hayan asumido la responsabilidad de poner en marcha las inversiones necesarias para que se aproveche el agua de una presa llena de agua y que pertenece a una cuenca, como la del Guadalquivir, que es deficitaria en recursos disponibles.

La presa está situada en la cerrada del Cortijo de Cantalar (cerca de la población de Siles), a unos 400 metros aguas abajo de la confluencia del arroyo de los Molinos con el río Guadalimar. Cuenta con una altura de 52 metros y por el momento es sólo una enorme laguna artificial hasta que la Junta y gobierno de España, o lo que es lo mismo PP y PSOE, aclaren de quien son las competencias para realizar las obras que faltan para evitar que los agricultores y los vecinos de la zona vean irse, un recurso tan valioso como el agua, río abajo sin que pueda ser usado en los cultivos de la zona.