Fumar cada vez “mola” menos, no es "cool". Es malo para la salud. Es caro. Es una molestia para los que nos rodean y además mantener el cigarrillo encendido es cada vez más difícil, debido a las prohibiciones, en los lugares públicos, el trabajo o incluso en casa. Si fumas o frecuentas espacios con humo, tú mismo habrás comprobado el malestar y los efectos perjudiciales que provoca el tabaco en nuestro entorno

Dejar de fumar no es una tarea fácil, ya que estamos hablando de una adicción, y la mayoría de los fumadores se preguntan cómo hacerlo. Debes de saber que en España mueren cada año más de 60.000 personas a causa de enfermedades provocadas por el consumo de este producto, lo que equivale a más de 160 defunciones diarias como consecuencia del tabaco. Y se estima un mínimo de 1.228 muertes atribuibles a la exposición al humo ambiental de tabaco en no fumadores, aumentando el riesgo de padecer enfermedades crónicas como cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias.

Estas son razones más que suficientes para dejar de fumar. Pero ¿qué le pasa a tu cuerpo cuando le cortas el suministro de nicotina? Pues pasan muchas cosas y ninguna es negativa porque dejar los cigarrillos tiene infinidad de beneficios que se notan casi instantáneamente:

.- A los 20 minutos de haber fumado el último cigarrillo la presión arterial y el ritmo cardíaco empiezan a normalizarse.

.- A las 8 horas, el oxígeno en la sangre aumenta, aproximándose a su nivel normal. Además, los niveles de nicotina y monóxido de carbono en la sangre se reducen a la mitad.

.- A las 24 horas, los pulmones empiezan a remover mucosidad. El monóxido de carbono se ha eliminado del organismo y se reduce el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.

.- A las 48 horas, las terminaciones nerviosas del gusto y del olfato se regeneran, con lo que se recupera la capacidad de oler y saborear los alimentos. Además, la nicotina desaparece del organismo.

.- A los 3 días, se respira con más facilidad y aumenta la capacidad pulmonar. Se reduce la tos y aumenta la sensación de bienestar.

.- A los 15 días, mejora de forma generalizada la circulación sanguínea y desaparece la dependencia física a la nicotina.

.- Entre 1 y 2 meses después del último cigarrillo, la presión arterial recupera sus valores normales y mejora el flujo de la sangre en manos y pies.

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.- Entre 3 y 6 meses después del último cigarrillo, aumenta la capacidad de resistencia a las infecciones y se consolida la conducta de persona no fumadora, con lo que ésta se incorpora a la vida cotidiana con normalidad y sin tanto esfuerzo.

Además, cómo propina a todo lo anterior, la piel y el pelo están más brillantes, los dientes y el aliento más limpio, y mejora el olor de la ropa y el entorno.

Aunque la nicotina es una sustancia muy adictiva y el consumo de tabaco es una drogodependencia que puede presentar diferentes grados de intensidad. Vale la pena dejar de fumar por tí y por los que te rodean