LAS DIVINAS PALABRAS DE ERNESTO MEDINA | 19 JUNIO 2025 |
Jaén - Publicado el
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La semana pasada Violeta me llamó por dos veces al orden. Intelectualmente, pero me puso firme. “A la cita que sueles hacer de San Ignacio -en tiempos de tribulación no hacer mudanza- no le aplicas el sentido correcto”. Llevaba razón. De lo que dejo público testimonio. “Además, -añadió- las frases en latín son petulancia. De todas formas, tienes que dar la traducción”. Admitida parte de esta segunda admonición, incurriré de nuevo en la petulancia de recurrir al latín. La culpa la tienen las tardes calurosas. En la penumbra de mi biblioteca, con el ventilador de techo refrescando el ambiente y el café recién hecho, el latín se me cuela por la piel. Añado que les procura a mis artículos una pátina de respetabilidad y elegancia a la que me cuesta trabajo renunciar. Máxime cuando del libro “Aurea Dicta” se me vienen oportunamente a las manos dichos que disipan cualquier duda.
Escuchen, dilectos oyentes, algunos ejemplos de actualidad abrasadora. En las Tusculanas Cicerón escribió: “Gloria virtutem tamquam umbra sequitur” (la gloria sigue a la virtud como su sombra). Malos tiempos para que Cicerón se deje ver por los jardines del Palacio de la Moncloa. Ni Séneca, “quod non potest, vult posse, qui nimium potest” (quien puede demasiado desea poder lo que no puede).
Pero dejemos la vergonzosa política nacional para retornar a nuestra ciudad. Esta semana se han producido dos reconocimientos justos. La concesión de la medalla de oro de Jaén a Luis Berges y la apertura de una sala en el Museo de Artes y Costumbres Populares con las maquetas que el artista Luis Barbero realizó de monumentos de la capital. Al segundo Luis la fama, al menos el reconocimiento institucional le ha llegado a destiempo. Lo dejo escrito Marcial hace dos mil años: “Cineri gloria sera venit” (A la ceniza la gloria le llega tarde). Al arquitecto, centenario, le es aplicable en parte otro verso de Marcial: “Si post fata venit gloria , non propero” (Si la gloria llega después de la muerte, no tengo prisa). Ojalá el magisterio de Luis Berges nos acompañe mucho tiempo para que sigan resonando desde el pedestal prominente que confiere la excelencia sus consejos: “los alrededores de la Catedral son sagrados. No se puede permitir ningún tráfico”.
Gracias, don Luis, porque es usted un ejemplo de trabajo y dedicación a Jaén, “palma non sin pulvere” (recompensa no sin trabajo). Llevaba razón Tácito: “haud semper errat fama, aliquando et eligit” (no siempre yerra la fama, de vez en cuando incluso acierta).
Palabras, divinas palabras