LAS DIVINAS PALABRAS DE ERNESTO MEDINA | 17 OCT 2025 |
Jaén - Publicado el
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No tengo televisión. Desde hace casi diez años. Un día se rompió sin posibilidad de reparación. Decidí probar a ver qué tal me iba sin ella. No la echo en falta. Total, para ver películas o los partidos del Atleti me apaño con las claves legales que generosamente comparten mis hermanos. Los partidos fuera del Real Jaén en Yotube. Con el ordenador portátil voy que ardo. Los cantos de sirena de que ponga una pantalla gigante en el salón - ¡tú que eres tan aficionado al cine! - no han alterado mi decisión. Con la cual cada día estoy más conforme. He ganado tiempo y me ahorro la tentación de consumir basura. Incluso he recobrado autoestima, eliminado el zapeo que me hundía en la miseria al ser consciente de que el tedio y la mala soledad podían conmigo.
Pero soy consciente de los inconvenientes. En las conversaciones me siento un marciano. No puedo opinar ni de los telediarios ni del sesgo político de cada cadena. Los programas de moda, e incluso usos o vocablos cotidianos asociados a ellos, me son ajenos. Mis interlocutores achacan mi ignorancia, primero, a una broma; luego, cerciorados de la veracidad de la ausencia del artefacto en mi casa, me consideran un snob intelectual. Un gilipollas, por decirlo claramente y con todas las letras. Me quedo al margen de las reuniones colgado de un vermú con rodaja de naranja.
Confesiones al margen, dilectos oyentes, la explicación antedicha hace al caso porque me he enterado por la prensa de que el último fenómeno viral es paisano nuestro. En “La revuelta” de Broncano -otro comprovinciano- se presentó hace unos días un pegalajareño, Custodio Pérez para hablar, en la mejor tradición de Francisco Umbral, de su novela “Granada oscura”. Se ha convertido en el autor más vendido en Amazon. De Pegalajar a la gloria literaria. Los pormenores me han llegado a través de un periódico digital. Custodio se ha convertido en un autor muy popular. Mientras que yo oía desde mi terraza acordes lejanos del concierto de Mago de Oz a Custodio lo paraban camino del Auditórium para fotografiarse con él. Por lo que he leído no se le ha subido la fama. Ha trabajado en el olivar y en lo que le iba saliendo en el pueblo. Autodidacta, ha aprendido a escribir leyendo mucho. El éxito lo ha pillado metido en faena. Él ha puesto tesón y determinación. Me alegra que la veleidosa Fortuna haya elegido bien esta vez. Aunque a mí me corroa la envidia y esté pensando en comprarme una televisión.
Palabras, divinas palabras.