LAS DIVINAS PALABRAS DE ERNESTO MEDINA | 06 JUNIO 2025 |
"Gocen con la música y con el éxito del conservatorio, pero no olviden, dilectos oyentes, que todavía quedan muchos compases pendientes"
Jaén - Publicado el
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Trabajo. Perseverancia. Afán. Empeño. Tiro de sinónimos para constatar lo que ya dijo Cicerón en las cartas “Ad familiares”: “no idem semper dicere, sed idem semper spectare debemus” (no debemos decir siempre lo mismo, sino proponernos siempre lo mismo).
Antes de navidad comenzaron a moverse inquietos los atriles de los profesores y alumnos del conservatorio superior de música de Jaén. El presupuesto para la dotación de los instrumentos en la nueva sede del conservatorio era insignificante. Ridícula. Ponía en riesgo la existencia misma de las enseñanzas o, al menos, que alumnos procedentes de otras provincias, ante la escasez de medios, eligieran Jaén para proseguir sus estudios musicales. Manifestaciones, reuniones con los partidos políticos, informes serenos sobre las necesidades de un conservatorio superior consiguieron primero llamar la atención, más tarde ser portada de los medios de comunicación y finalmente que la Consejería de Educación cediera ante la razón. Hubo desacordes. Quejas sobre el trato recibido en la sede provincial de la delegación de educación. Hubo de intervenir personalmente el viceconsejero, a quien habrá de reconocérsele el mérito de la solución del conflicto, pero finalmente parece que se ha conseguido. He leído que ya está publicada una segunda licitación para la adquisición de los instrumentos. Quizá podría haber sido más fácil. No obstante, hoy me limito a celebrar el éxito de los músicos que, afortunadamente, no han de irse con la música a otra parte.
La partitura ha sonado afinada. Se cierra el episodio con la ovación que merecen los luchadores. Pero atención, era una broma musical. Después de los que parecían los acordes finales y un silencio de redonda, el director ha levantado nuevamente la batuta. ¿El perpetuum mobile de Strauss? No, simplemente llama nuestra atención de que la lucha sólo acaba de empezar. El solo de oboe reclama una solución para los trenes en Jaén. La cuerda al unísono exige la ciudad sanitaria, la estación intermodal. Los metales entran a una señal del director, brillantes y rotundos, para exigir autovías, inversiones. La percusión marca un ritmo no ya de vals, sino de marcha, bom, bom, / bom, bom, / bom, bom, un compás de dos por cuarto indesmayable para que la fiesta no decaiga. De fondo un clarinete contrapuntea con el himno a Jaén.
Gocen con la música y con el éxito del conservatorio, pero no olviden, dilectos oyentes, que todavía quedan muchos compases pendientes. Con la obviedad de que, si no nos ponemos manos a la obra, nunca sonarán.
Palabras, divinas palabras