Jaén - Publicado el
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En cierta ocasión, una señora me comentaba con pesar que todos los días tenía que cocinar para su familia. Ante el evidente malestar le pregunté: ¿tú sabes qué es eso? ¿Qué es? Me preguntó. A lo que le respondí: “eso es amor”. Desde entonces, cada vez que me ve, me recuerda y agradece esa pequeña reflexión que le sirvió para seguir cocinando sin pesar alguno y con alegría; su cara lo refleja.
En nuestro día a día estamos rodeados de muchos actos de amor que a veces no somos conscientes de ello. Un abrazo, una caricia, una escucha atenta, una pequeña ayuda, un regalo inesperado, un “te quiero”, un gracias, una conversación profunda, o simplemente estar presente y escuchar, o recibir esa llamada para ver cómo estás; son actos de amor que en ocasiones no valoramos; son actos de amor con los que nos tenemos que acostar inmensamente agradecidos.
Podríamos poner más ejemplos, pero creo que ahora es más bonito que cada uno de nosotros hagamos presentes en nuestros corazones esos actos de amor que nos alegran el día.
Miguel Lechuga Viedma