Rubén Coro, el isleño que triunfó en los premios Fugaz 2025: “Lo hacemos porque nos gusta, y ver que llega a la gente es muy gratificante”
El joven director de producción habla sobre el éxito del corto “Origami”, premiado como mejor corto breve en los prestigiosos premios Fugaz 2025. El equipo detrás de Saturno Films apuesta por un cine social, comprometido y hecho con pocos recursos pero mucha pasión.
Huelva - Publicado el
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Un plano secuencia. Tres minutos y medio. Una historia de violencia contada desde la mirada inocente de una niña. Con esta premisa tan sencilla como poderosa, Origami, el cortometraje producido por la joven productora andaluza Saturno Films, ha logrado conquistar al jurado de los premios Fugaz 2025, considerados los Goya del cortometraje español. El galardón al mejor corto breve ha puesto los focos sobre un equipo joven y comprometido, entre los que destaca Rubén Coro Lázaro, director de producción y protagonista de esta entrevista.
“Origami trata la violencia intrafamiliar desde la perspectiva de una niña”, explica Rubén. “Queremos dar visibilidad a situaciones que a menudo no se ven, que permanecen ocultas.” Y lo hacen con una técnica nada fácil: un solo plano secuencia, sin cortes, que obliga a una planificación milimétrica.
Rubén comenta que a veces resulta más complicado rodar un corto que una obra larga, ya que no hay tiempo para desarrollar personajes ni un contexto amplio. Por eso, subraya la importancia de sintetizar la historia a través de elipsis y cortes temporales que el espectador pueda comprender con claridad.
Una productora que apuesta por lo social
Saturno Films es una productora joven, nacida recientemente y formada por cinco personas, con una clara vocación social y comprometida. Rubén cuenta que él se encarga de la producción y la gestión, mientras que su compañero Álvaro es el responsable de las historias y la dirección emocional del proyecto.
“Desde enero hemos movido Origami por festivales en Francia, Blanes, la Costa Brava, las islas Azores… y ahora este premio, los Fugaz, que no esperábamos para nada. Ha sido una sorpresa increíble.”
El éxito les ha llegado de forma natural, casi “por inercia”, como él mismo afirma, con la satisfacción de haber hecho un cine que, además de gustar, conmueve.
¿Qué hace un director de producción?
En un set de rodaje, pocas figuras resultan tan cruciales como la del director de producción. Aunque a menudo su trabajo pase desapercibido, Rubén lo resume con claridad: “me encargo de anticipar todos los problemas que puedan surgir antes y durante el rodaje”. Esto incluye la gestión de localizaciones, el transporte del equipo técnico, la organización de menús y horarios, e incluso la preparación de todo aquello que permita aprovechar el limitado tiempo de rodaje.
“En Origami grabamos todo en un solo día. Tuvimos una jornada previa para preparar el set, pero al ser un plano secuencia, cualquier fallo nos obligaba a empezar de nuevo.”
A esto se suma la búsqueda de financiación, la gestión de presupuestos y tareas empresariales, que Rubén comparte con su compañera Noelia.
“El cine es un engranaje en el que cada pieza importa. Si una persona falla, todo puede venirse abajo. Por eso la planificación es vital.”
Un equipo andaluz, diverso y entregado
El equipo de Origami está formado por profesionales de distintas provincias andaluzas: Jaén, Córdoba, Huelva, Sevilla… Una diversidad que, según Rubén, ha sumado en calidad y cohesión: “Queríamos hacer algo importante y bonito, y lo conseguimos.”
Ahora, con el reconocimiento en la mochila, se abren nuevas puertas tanto para él como para Saturno Films.
“Acabamos de terminar el rodaje de nuestro nuevo corto, Que comen los dragones.” El proyecto cuenta con actores como Salva Reina, Cristina Mediaro y el joven Alejandro Camilla. Se encuentra en fase de postproducción y esperan estrenarlo a finales de este año.
Rodado en Jaén con el patrocinio de la Diputación, Que comen los dragones sigue en la línea del cine social y comprometido que caracteriza a la productora. Rubén reivindica la necesidad del apoyo público: “Sin ayudas como las de las diputaciones, ayuntamientos o subvenciones, es casi imposible hacer cine, especialmente si estás empezando.”
Cine hecho con pasión y pocos recursos
Origami fue autofinanciado, fruto del esfuerzo de todo el equipo y del apoyo de familiares. Por eso, Rubén valora especialmente el reconocimiento recibido: “Lo hacemos porque nos gusta, y ver que llega a la gente es muy gratificante.”
Su historia es el ejemplo de cómo la pasión, el talento y la determinación pueden abrirse camino, incluso en un sector tan exigente como el audiovisual. Un mensaje claro: en Huelva hay cine del bueno, y Rubén Coro y su equipo están dispuestos a seguir demostrándolo.