Manuel Guerrero, el ojo que guardó la memoria de Huelva, recibe la medalla de la provincia
El veterano fotoperiodista se emociona al ser distinguido y repasa una trayectoria marcada por la fotografía analógica y momentos históricos onubenses
Huelva - Publicado el
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El reputado fotoperiodista Manuel Guerrero Muguruza recibe la medalla de Huelva visiblemente emocionado. Considerado una eminencia para los periodistas onubenses, Guerrero ha confesado sentirse abrumado por el reconocimiento: "Se me hace un poco grande esta medalla". Su legado es uno de los mayores archivos de imágenes de la provincia, un tesoro que captura décadas de la realidad onubense.
Se me hace un poco grande esta medalla"
Fotoperiodista
Una vida en 36 fotogramas
Sus inicios se remontan a los años ochenta, cuando empezó a trabajar formalmente para la agencia EFE en 1982. En aquella época, la fotografía analógica imponía sus propias reglas. "El tema de los carretes eran 36 fotos por carrete, no había más", recuerda Guerrero. Esta limitación obligaba a meditar cada disparo, a diferencia de la era digital. "No es como ahora una cámara digital que pulsas y haces mil", explica. Había que seleccionar el momento preciso, una filosofía que resume en su frase favorita: "Todo el mundo mira, todo el mundo no ve".
Todo el mundo mira, todo el mundo no ve"
Fotoperiodista
Pese a su vasta producción, Guerrero aclara que la mayor parte de su archivo no está en sus manos. "El 80 o 90 por ciento de mi trabajo está o ha estado en los periódicos donde estaba trabajando", señala. Menciona cabeceras como el desaparecido 'Periódico de Huelva', 'La Voz de Huelva' o 'La Noticia'. Físicamente, en su casa, asegura tener "una mínima parte" de toda su obra.
Imágenes para la historia de Huelva
Al pedirle que elija las fotografías más importantes de su carrera, la memoria de Guerrero se activa para citar imágenes que son parte del imaginario colectivo onubense. Destaca la foto de la manifestación del 3 de marzo, la que le valió el premio Ciudad de Huelva, que muestra a "un disminuido físico arrastrándose desde su silla de ruedas hasta la playa para poder bañarse", y el icónico traslado del féretro de Mariela Portuguesa en el transbordador.
La lista de momentos históricos capturados por su lente es interminable. "Es que son un millón", afirma. Recuerda también la botadura de la carabela Pinta que terminó hundiéndose o la famosa rotura del barandal de la Virgen del Rocío. Un torrente de recuerdos que demuestra la imposibilidad de resumir en unas pocas imágenes toda una vida dedicada a observar y mostrar la realidad de Huelva.