Huelva ante el reto del suelo urbanizable: la carrera contrarreloj del sector inmobiliario

La escasez de suelo finalista amenaza el desarrollo de viviendas en Huelva, justo cuando la revolución del hidrógeno verde impulsa la llegada de miles de trabajadores. Javier Mateo, presidente de los empresarios de la construcción, advierte sobre un problema estructural sin soluciones inmediatas.

Elías Luis Grao

Huelva - Publicado el

4 min lectura

La provincia de Huelva se encuentra en un momento clave de transformación. Su posicionamiento como eje de la revolución verde —con el hidrógeno verde como principal motor— está atrayendo inversiones y miles de nuevos trabajadores, pero el crecimiento poblacional proyectado choca con una realidad alarmante: la falta de suelo finalista disponible para urbanizar.

Javier Mateo, presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Huelva, alerta sobre este problema estructural que amenaza con frenar el desarrollo de la ciudad y de otras zonas estratégicas. “Nos preocupa seriamente la falta de suelo finalista”, señala Mateo, quien explica que este tipo de suelo es el que ya está listo para desarrollar proyectos urbanísticos, es decir, donde se puede “poner ladrillo” de forma inmediata tras la obtención de licencias.

El origen del problema, según el representante del sector, se remonta a la crisis económica pasada. Durante años no se generó nuevo suelo urbanizable y, actualmente, “no hay ninguna línea de financiación para poder generar suelo”. Esto, a juicio de Mateo, representa un gravísimo obstáculo para el crecimiento de la ciudad. Una demanda creciente y sin respuesta

Huelva capital, junto con municipios clave de la provincia, comienza a percibir las consecuencias de esta falta de previsión. Mateo subraya que la demanda de vivienda ha aumentado considerablemente, y no solo por la población residente. La llegada de trabajadores vinculados al desarrollo de infraestructuras del hidrógeno verde, muchos de ellos temporales, presiona aún más un parque de viviendas ya saturado.

En Huelva no hay una oferta de vivienda en alquiler que pueda absorber esa llegada de personas”, explica. El resultado es que muchos trabajadores deben desplazarse desde otras localidades, con el consiguiente impacto en su calidad de vida y en la movilidad comarcal.

A esto se suma la demanda permanente de quienes se quedarán tras la fase de construcción, como el personal técnico y directivo de las plantas industriales. También los propios onubenses que buscan acceder a una vivienda —en propiedad o alquiler— se enfrentan a un mercado limitado y tensionado. Cifras que reflejan la urgencia

Los datos que maneja la Asociación de Empresarios de la Construcción son contundentes: solo en Huelva capital harían falta al menos 4.000 nuevas viviendas para cubrir la demanda prevista a corto y medio plazo. A nivel provincial, la cifra asciende a otras 4.000 viviendas más.

Pero, advierte Mateo, este tipo de soluciones no se improvisan. “La vivienda no se siembra y está lista en cuatro meses”, afirma. Un proyecto medio puede tardar entre año y medio y dos años, siempre que se disponga de suelo finalista. Y esa es precisamente la gran carencia actual.

El sector celebra algunos avances como el reinicio de proyectos en zonas como el Ensanche Sur o el sector San Antonio-Montija, aunque reconoce que no son suficientes. “Al día de hoy no tenemos dónde hacer 4.000 viviendas en Huelva capital”, lamenta Mateo. Además, recuerda que no toda la población querrá —o podrá— trasladarse a vivir a estos nuevos desarrollos urbanísticos. Problemas estructurales y costes inasumibles

El presidente de los constructores insiste en que este no es un problema exclusivo de Huelva. Sevilla y Málaga, por ejemplo, enfrentan también una fuerte presión urbanística. Sin embargo, existen diferencias significativas. En ciudades como Málaga, el mercado ofrece márgenes de beneficio mayores para los promotores, algo que en Huelva es prácticamente inviable.

“El coste de construcción en Huelva es igual que en Málaga, pero el precio de venta es muy inferior”, aclara. Además, la escasez de suelo hace que este se encarezca, lo que repercute directamente en el precio final de la vivienda y dificulta aún más el acceso para muchas familias.

A este panorama se suma la falta de incentivos financieros para desarrollar nuevo suelo. “Solo grandes promotoras o fondos pueden afrontar esa inversión, y Huelva no tiene el tamaño de mercado suficiente para atraer esos proyectos a gran escala”, sentencia Mateo. ¿Qué soluciones hay sobre la mesa?

Aunque se han producido algunos avances normativos —como la agilización de trámites urbanísticos o la implicación del Ayuntamiento de Huelva en presentar suelos para vivienda protegida—, el sector insiste en que estas medidas aún son insuficientes y lentas.

Mateo reclama una mayor visión a largo plazo y una apuesta decidida por la planificación urbanística y la inversión en infraestructuras de desarrollo. “Tenemos que resolver esto con más visión de futuro”, apunta.

El escenario, sin embargo, sigue siendo complejo: mientras la necesidad de vivienda ya es una realidad urgente, el proceso para habilitar nuevos suelos y construir nuevas promociones aún va con retraso. Si no se actúa con celeridad y coordinación entre administraciones, empresas y sociedad civil, Huelva corre el riesgo de ver frenado su crecimiento justo cuando más lo necesita.

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