El flamenco traspasa el silencio en Huelva: niños con discapacidad auditiva sienten el cante de Arcángel a través de la piel

Una iniciativa pionera en el IES del Andévalo reúne a los artistas Arcángel y Benito Bernal con alumnos con necesidades especiales para sentir la música como nunca

Redacción COPE Huelva

Huelva - Publicado el

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En el IES El Andévalo, en Puebla de Guzmán, ha tenido lugar este miércoles un encuentro donde el flamenco ha encontrado un nuevo camino para llegar al alma. La iniciativa, impulsada por la profesora Rebeca Martín, ha permitido que niños con capacidades especiales vivan una experiencia única junto a los artistas Arcángel y Benito Bernal.

Vibraciones que atraviesan la piel

Para estos niños, la música no ha entrado por los oídos, sino a través de la piel y las vibraciones. Globos hinchados, guitarras, cajas flamencas y la propia garganta del cantaor se han convertido en instrumentos sensoriales para hacerles sentir el arte jondo en su propio cuerpo.

Juan José, uno de los alumnos, explica con timidez la diferencia que ha supuesto la experiencia: "Yo oigo un poquito y sé si la música es flamenca. Pero ayer… ayer la pude sentir de verdad". Su compañero José Manuel, más reservado, ha confesado la profunda emoción que sintió.

Tras la actividad, ha admitido haberse roto en la intimidad de su casa: "Me emocioné muchísimo. Me faltó muy poco para llorar allí… y cuando estuve solo, lloré". El joven ha añadido una frase que resume el impacto del encuentro: "Arcángel me tocó la mano cuatro veces. No lo olvidaré nunca".

No lo olvidaré nunca"

Un aula que abraza la diversidad

La actividad no solo se ha dirigido a los niños con discapacidad auditiva del centro, sino que también han participado alumnos con autismo y otras capacidades especiales. De esta forma, el aula se ha transformado en un espacio donde todos cabían, todos sentían y todos eran importantes.

Para Rebeca Martín, la promotora del taller, escuchar a sus alumnos es un regalo que da sentido a su trabajo. "Estas palabras son las que te dan fuerza. Todos somos diversos, todos somos valiosos, y todos tenemos derecho a vivir el arte", ha afirmado la docente.

Al preguntarles si quieren repetir, ambos niños lo tienen claro, pero su deseo va más allá. Quieren que otros niños con capacidades especiales de otros institutos puedan vivir algo parecido y descubrir que la música también les pertenece. Juan José lo ha expresado con una sencillez conmovedora: "Me gustaría que muchos niños sordos pudieran sentir esto. Es muy bonito".

Me gustaría que muchos niños sordos pudieran sentir esto"

Lo que ha ocurrido en el IES El Andévalo ha sido más que un simple taller: una poderosa lección de inclusión, empatía y arte. Un recordatorio de que la música no necesita oídos para llegar al alma cuando el compromiso de los centros educativos abre el corazón de sus alumnos.