Un camino desde Huelva a Santiago: el proyecto de Manolo, el "peregrino cero", para conectar El Rocío con la ruta jacobea
Con 77 años y más de una docena de caminos a sus espaldas, el ex policía nacional Manolo González no solo camina por fe y experiencia: también sueña con abrir una nueva ruta que una El Rocío con la Vía de la Plata, proyectando Huelva al mapa mundial del Camino de Santiago.
Huelva - Publicado el
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Manolo González ha llegado hace apenas unas horas de hacer el Camino de Santiago, pero ya tiene en mente el siguiente. A sus 77 años, este ex policía nacional no pierde un ápice de energía ni de ilusión. “Desde que me jubilé, tengo tiempo para organizarlo bien. No hay prisa. El camino es para disfrutarlo”, explica con serenidad. Y lo dice con conocimiento de causa: lleva haciéndolo desde 2010, cuando una promesa personal lo llevó a emprender su primer viaje a Santiago.
Este año ha completado el Camino Mozárabe desde Almería, una travesía de casi dos meses que él denomina con cariño “el camino de las sensaciones”. A lo largo de su recorrido ha atravesado desiertos, montañas, dehesas y pueblos con encanto, con el tiempo suficiente para la reflexión: “Es una cura mental, sentimental, intelectual y física”.
El peregrino “cero” y su filosofía
A quienes se inician en esta aventura, Manolo les aconseja prudencia y planificación: una mochila ligera, buen calzado, crema para las ampollas y, sobre todo, sentido común. “No es una competición, esto es para disfrutarlo. Cada camino es único, incluso si repites el mismo”, insiste. Por eso, no tiene uno favorito: “Es como con los hijos, a todos se les quiere por igual”.
Su conocimiento del Camino lo ha convertido en una especie de guía para otros peregrinos. En su entorno lo conocen como el “peregrino cero”, no por ser el primero, sino por marcar el punto de partida para muchos. Él lo resume así: “Desde que alguien piensa en hacer el Camino, ya está en él. Solo falta echar a andar”.
Durante la conversación, González no solo comparte anécdotas —como aquel baño improvisado en una alberca gallega o el encuentro con un coleccionista vasco a quien prometió una bufanda del Recreativo—, sino que lanza una propuesta seria: unir El Rocío con el Camino de Santiago.
“¿Por qué el Rocío no está conectado con la Vía de la Plata?”, se pregunta. Para él, Huelva tiene todos los ingredientes para formar parte del mapa jacobeo internacional. Propone una ruta desde El Rocío pasando por Mazagón, La Rábida, Huelva capital, Trigueros y Valverde del Camino, hasta enlazar con el trazado oficial en Sevilla. Otra variante seguiría hacia Hinojos y Pilas, municipios que casualmente también tienen por patrón a Santiago Apóstol.
“La infraestructura ya existe: albergues, caminos, historia… Solo falta señalizarlo y pedir las autorizaciones”, argumenta con convicción. Y recuerda que el Rocío ya atrae a miles de peregrinos internacionales, que llegan a través de los aeropuertos de Sevilla o Faro. “Coreanos, franceses, italianos... pero muchos no saben qué es El Rocío. Eso hay que cambiarlo”, añade, visiblemente emocionado al recordar una hornacina con la Virgen del Rocío en Logroño donde cantó la Salve con otros caminantes.
El camino no termina, se transforma
Manolo González ya piensa en su próximo reto. Si la salud y el tiempo lo permiten, el año que viene hará el Camino de Invierno. Después, quizá el de la Lana, el Aragonés o el de Madrid. “Alterno uno largo y otro corto. Pero lo preparo todo durante el invierno: me informo, leo foros y estudio los tramos”, comenta.
Hoy, con los pies cansados pero el alma viva, este peregrino veterano sigue soñando caminos, y no solo para sí mismo, sino para los demás. Sueña con que Huelva deje de ser solo un punto de partida para convertirse en destino espiritual y cultural.
Y concluye con una máxima que podría resumir su vida: “Estamos todos en el camino. Uno de una forma, otro de otra. Lo importante es caminar”.