PESCA

Nos estamos quedando sin meros en el paraje natural de la Punta de la Mona en la costa granadina

Investigadores de zoología de la Universidad de Granada piden que se aumente la protección de este entorno

Nos estamos quedando sin meros en el paraje natural de la Punta de la Mona en la costa granadina

Redacción COPE Motril

Motril - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Comunica la Universidad de Granada que la pesca artesanal o deportiva y el fondeo de embarcaciones causan daños a la diversidad de organismos que pueblan la Punta de la Mona, el promontorio rocoso de gran valor natural situado entre Almuñécar y La Herradura. Así lo denuncian investigadores del departamento de Zoología de la Universidad de Granada, que abogan por aumentar la protección de este entorno.

A finales del pasado mes de octubre se publicó en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía el borrador del Proyecto de Orden por la que se regulan diversas actividades dentro de la Zona de Especial Conservación Acantilados y Fondos Marinos de la Punta de La Mona. Desde el departamento de Zoología explican que tras su publicación, “diversos sectores afectados se han manifestado en contra de dicho proyecto y ninguno a favor, dando la sensación de que dicha regulación, aparte del beneficio que pueda tener para el medio ambiente, no generará nada positivo para la zona”. “Por el contrario, pensamos que contar con un área natural con un buen estado de conservación, como la Punta de la Mona en el ámbito del mar de Alborán, debería ser un motivo de orgullo y prestigiaría a nuestro litoral, además de aportar un beneficio para los recursos pesqueros y la biodiversidad”, añaden desde el Departamento de Zoología.

La Punta de La Mona forma parte de la Red Natura 2000 de la Unión Europea, además, fue declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) en 2007 y Zona de Especial Conservación (ZEC) en 2015.

La Punta de la Mona es un promontorio rocoso situado entre las localidades de Almuñécar y La Herradura. Constituye una de las pocas zonas del litoral andaluz en la que los fondos rocosos discurren sin discontinuidad hasta alcanzar profundidades cercanas a los -50 metros, lo que permite la presencia, cerca de la costa, de comunidades tan espectaculares como las que forman el coral candelabro ‘Dendrophyllia ramea’, junto a otras especies de invertebrados. Más allá de estas comunidades de corales y gorgonias, se pueden encontrar ejemplares de lapa ferruginosa, en peligro de extinción, y de otras especies en situación vulnerable. Todos estos elementos resultaron determinantes para su inclusión en la Red Natura 2000.

Nos estamos quedando sin meros en el paraje natural de la Punta de la Mona en la costa granadina

Bosque de coral candelabro en la Punta de la Mona.

Actividades que ponen en peligro su conservación

Pese a ser Zona de Especial Conservación, en la Punta de la Mona se realizan una serie de actividades como la pesca artesanal, la pesca deportiva desde superficie y el fondeo de embarcaciones. Las artes de pesca, los sedales y las anclas dañan los organismos que viven en los fondos, al dejarlos enganchados o arrancándolos al ser izados los diferentes materiales que se utilizan. El crecimiento de muchos de estos invertebrados es muy lento, por lo que si continúa su deterioro será muy difícil la recuperación de estos ecosistemas y, por tanto, de sus comunidades, incluidas las poblaciones de peces.

Nos estamos quedando sin meros en el paraje natural de la Punta de la Mona en la costa granadina

Trasmallos, nasas, sedales, plomos y anzuelos se pueden observar enganchados a diferentes especies de animales de la Punta de la Mona.

Aparte, la durabilidad de los materiales de la pesca artesanal y deportiva hace que permanezcan durante años. “Hay zonas de la Punta de la Mona en las que hay tal cantidad de restos que impiden ver la roca que hay debajo, dándonos la sensación de encontrarnos en un vertedero”, exponen profesores del Departamento.

Nos estamos quedando sin meros en el paraje natural de la Punta de la Mona en la costa granadina

Restos de las cuerdas de las nasas forman un entramado sobre los corales y otros organismos a unos 30 m. de profundidad.

Dentro de la pesca recreativa, la pesca submarina se considera como una de las más selectivas. “Aunque a veces pensamos que esta selectividad es positiva para la conservación, en realidad ha supuesto, prácticamente, la desaparición en la costa granadina de los grandes depredadores, como es el caso de los meros. Además, hay que añadir que esta selectividad se ve afectada por la actividad de la pesca furtiva, que no respeta ni el máximo de capturas ni las tallas mínimas, aparte de capturar crustáceos y cefalópodos”, denuncian desde el Departamento, que aseguran que muchos de estos ejemplares de tallas no reglamentarias “acaban en las vitrinas de restaurantes a lo largo de toda la costa, convirtiéndose la pesca submarina en una actividad económica más que deportiva y suponiendo una competencia desleal a los pescadores profesionales”.

Investigadores del Departamento de Zoología consideran “necesaria” la prohibición de la pesca submarina si se quiere recuperar la población de peces de la Punta de la Mona. Según diferentes estudios, la recuperación total de los peces depredadores tarda de 30 a 40 años desde la aplicación de las medidas de protección, aunque los efectos se empiezan a notar pasados entre uno y tres años. La realización de este tipo de pesca, aunque sea regulada, ralentizaría o anularía la efectividad de las medidas de protección.

En cuanto al buceo, la demanda del Departamento de Zoología propone el seguimiento del impacto de esta actividad en las comunidades, así como la delimitación de zonas en función del nivel de los buceadores, permitiendo el acceso a los hábitats más sensibles a aquellos con titulaciones que acrediten un nivel de buceo que minimice el impacto. Para ello, se considera esencial la colaboración de los centros de buceo para el control y formación de los buceadores.

“Por todas las razones expuestas anteriormente, señalan desde el Departamento, y teniendo en cuenta la velocidad a que se están produciendo los cambios ambientales, creemos que es necesario proteger la Punta de la Mona, de forma que se frene su deterioro y se inicie un proceso de recuperación de sus comunidades”. Los resultados se podrán ver en relativamente poco tiempo como ha ocurrido en otras reservas creadas en el litoral español: Cabo de Palos, Tabarca, Columbretes, etc. La recuperación de las comunidades naturales de la Punta de la Mona potenciaría la pesca artesanal y el turismo de buceo, uno de lo motores económicos por los que lleva apostando el Ayuntamiento de Almuñécar-La Herradura en los últimos tiempos.

Las restricciones a la pesca deportiva afectarían a una superficie pequeña del litoral de Granada, quedando la mayor parte sin ninguna limitación adicional para dicha práctica. La protección de la Punta de la Mona afectaría a las actividades de una pequeña parte de la población, pero, afirman los expertos, sería enormemente positiva para la mayor parte de la sociedad, ya que podría dar lugar en el futuro a unos de los espacios naturales más importantes y mejor conservados del Mediterráneo.

El Departamento de Zoología de la Universidad de Granada apoya esta protección reforzada de la Punta de la Mona en su apuesta por el mantenimiento de una Zona de Especial Conservación, de gran riqueza en su flora y fauna.

VÍDEOS REALIZADOS POR EL DEPARTAMENTO DE ZOOLOGÍA DE LA UGR SOBRE EL ESTADO DE DETERIORO DE LA PUNTA DE LA MONA