Fotos: Capote de Pasión

La Plaza de Toros de Atarfe no abría sus puertas para un festejo taurino desde hacía ocho años. Este domingo lo hacía para celebrar un espectáculo destacado: la Gran Final del Circuito de Novilladas de Andalucía. Esta serie de novilladas es una iniciativa que ha puesto en marcha, por segundo año consecutivo, la Fundación Toro de Lidia, y en la que han vuelto a actuar novilleros con picadores. Los finalistas eran Jorge Martínez y Manuel Perera, que ofrecieron un vibrante “mano a mano” con un encierro de extraordinaria presentación, compuesto por tres hierros diferentes que daban la oportunidad de contemplar tres encastes distintos: Ana Romero (Santa Coloma), Torrestrella (Parladé) y El Torero (Domecq). El espectáculo cumplió con las expectativas que congregaron en el también conocido como Coliseo de Atarfe, en torno a la mitad del aforo permitido.

Jorge Martínez

El alumno de la Escuela Taurina de Almería, Jorge Martínez, fue, tras la deliberación del jurado, el vencedor del Circuito. No influyó en esta decisión el hecho de que cortara tres orejas y el otro novillero de esta gran final obtuviera cuatro. En su primero, de Torrestrella, que brindó al apoderado de su compañero de cartel, Juan José Padilla, destacó un quite por chicuelinas, sufriendo una aparatosa voltereta que obligó a remendarle su vestido de torear y entró dos veces a matar. Obtuvo una oreja.

En el segundo de su lote, tuvo que enfrentarse a un Ana Romero que hacía complicada la lidia. Consiguió unos extraordinarios naturales y tras dos medias hubo de recurrir al descabello. A su último novillo, de la ganadería de El Torero, lo recibió de largas cambiadas y mostró variedad con la muleta, donde llamaron la atención las manoletinas y como en el anterior, los naturales. Mató a la primera y fue premiado con dos orejas.

Manuel Perera

La actuación de Manuel Perera tuvo también un valor importante. En su primero, de Torrestrella, ejecutó un quite en el que invitó a Jorge Martínez para hacerlo “a la limón”, una suerte de bello efecto estético que no se prodiga en exceso. Con la muleta comenzó citando de rodillas desde el centro de la plaza y mostró circulares, pases cambiados e incluso se ahormó con el pasodoble en una estampa muy torera. Mató de pinchazo y entera, obteniendo una oreja.

Difícil también el segundo que le correspondió en suerte. Le obligaba permanentemente a rectificar terrenos, pero se ajustó, lo mostró por los dos pitones y lo mató de manera certera. Fue premiado con dos rejas. Al que cerraba plaza lo recibió a portagayola, hizo vistoso quites y con la muleta lo toreó a pies juntos. Entró tres veces a matar y recibió una oreja.

Conclusiones

Se pueden extraer varias conclusiones del festejo. En primer lugar, hay que aplaudir este tipo de iniciativas que tratan de cubrir uno de los trayectos más complejos de la carrera de quienes deciden dedicarse a la tauromaquia. No abundan las novilladas con picadores, y a través de este tipo de iniciativas se facilita el trabajo de los jóvenes novilleros.

En segundo lugar, la vuelta a la actividad de la Plaza de Toros de Atarfe hace albergar esperanzas de que este coso taurino vuelva a una ofrecer espectáculos de este tipo regular, aumentando la oferta taurina de Granada.

Y en tercero, la presencia de estos dos jóvenes novilleros, mostró a dos diestros de un valor incalculable que tienen un extraordinario futuro por delante. Jorge Martínez y Manuel Perera, son dos nombres a tener en cuenta de cara al futuro del escalafón de matadores de toros.

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Jorge Martínez

Manuel Perera