Foto: Antonio Ortega

Santa María de la Alhambra no se movió de su altar. No era necesario, puesto que ocupa el lugar central del retablo de la iglesia a la que da nombre en la universal ciudadela palatina de la que es faro y guía. Ante esta Virgen de las Angustias los fieles rezaron la oración del Santo Vía Crucis celebrado en un ambiente de emocionante recogimiento. La extraordinario interpretación a cargo del Coro de la Basílica de San Juan de Dios, a la que tan ligada se encuentra la corporación alhambreña, permitió que se viviera una inolvidable escena de piedad popular.

Estaba previsto que después de la oración se cerrara el templo, pero había una fila de devotos que ascendía por la calle Real de la Alhambra, lo que motivó que después se abrirán las puertas del templo, hasta que lo permitieron las circunstancias de las limitaciones horarias vigentes debido a la pandemia.