Expertos revelan las claves para combatir el dolor crónico y evitar la cirugía

Un diagnóstico precoz y las nuevas terapias regenerativas son fundamentales para curar el dolor antes de que se convierta en una enfermedad incurable

Fran Viñuela

Granada - Publicado el

4 min lectura

El dolor crónico es una realidad para millones de personas, a menudo atrapadas en un ciclo de pastillas y pruebas sin resultados. Sin embargo, un equipo de especialistas de la Unidad del Dolor de la Policlínica SMD en Granada ha presentado un enfoque que busca cambiar este paradigma. Los doctores Ramón López, Alberto Vela, especialistas en Anestesiología y Terapia del Dolor, y Justo Fernández, especialista en Medicina Física y Rehabilitación, explican que el abordaje precoz y los tratamientos avanzados son clave para recuperar la calidad de vida.

Lejos de ser el "último recurso", la Unidad del Dolor se ha transformado. "Nosotros venimos de un modelo que hace 20, 30 años, la unidad del dolor era ese último recurso", explica el Dr. Vela. Hoy, en cambio, se posiciona como una herramienta para "curar, regenerar y tratar ese dolor antes de plantear cualquier otra posibilidad terapéutica mucho más agresiva, como puede ser una cirugía". El objetivo ya no es solo paliar, sino devolver la funcionalidad al paciente para que recupere su vida y su actividad normal.

La importancia de un diagnóstico precoz

Una de las ideas fundamentales es la necesidad de actuar con rapidez. Cuando un dolor agudo no se trata y se prolonga en el tiempo, se produce un fenómeno conocido como sensibilización central. "La clave del dolor es que no se perpetúe idealmente más de 3, 6 meses", advierte el Dr. López. Si la señal dolorosa se mantiene, el cerebro se "sensibiliza" y el dolor puede persistir incluso si la causa original desaparece, convirtiéndose en una enfermedad en sí misma. A partir de los seis a nueve meses, el dolor pasa de ser un síntoma a una enfermedad, lo que complica enormemente su tratamiento.

Llegar pronto a la Unidad del Dolor es, por tanto, fundamental. "Es muy importante que se llegue lo antes posible, tanto si la derivación va a ser quirúrgica o no, para el tratamiento de ese dolor y evitar la cronificación", subraya el Dr. Fernández. De hecho, datos como que "el 80 por 100 de la población va a sufrir dolor de espalda alguna vez en su vida" y que "menos de un tercio va a tener indicación quirúrgica" demuestran que estas unidades son el camino más eficaz para la mayoría de los pacientes.

Técnicas avanzadas para evitar la sobremedicación

El enfoque actual se aleja de la sobremedicación y sus efectos secundarios. "Nuestra idea no es hinchar al paciente a pastillas para que esté dormido en el sofá de su casa", afirma el Dr. López. El objetivo es combinar una medicación suave con tratamientos intervencionistas, suplementación nutricional y deporte. Estos procedimientos, que van desde infiltraciones locales a la neuromodulación para "engañar" a la señal de dolor, son cada vez más precisos gracias al uso de guías por imagen como ecógrafos, lo que garantiza que el tratamiento se aplique en el punto exacto de la lesión con la mínima molestia.

Se ha superado la mala fama de las infiltraciones. El Dr. Vela destaca que la medicina ha pasado de aplicar fármacos "a ojo" a una medicina infiltrativa guiada por imagen, precisa, que utiliza la dosis mínima necesaria. Además, no es lo mismo infiltrar un corticoide que productos de medicina regenerativa, toxina botulínica o ácido hialurónico. "No es tan importante el me van a infiltrar, sino el qué es lo que van a hacer cuando lo van a infiltrar", recalca, insistiendo en que cada paciente y cada lesión requieren un abordaje individualizado.

La medicina regenerativa: reparar el tejido dañado

Una de las áreas más prometedoras es la medicina regenerativa, que busca revertir el proceso de degeneración de los tejidos. Entre las opciones disponibles se encuentra el plasma rico en plaquetas (PRP), que concentra factores de crecimiento para nutrir y regenerar tejidos como el cartílago. Una variante es el plasma rico en citoquinas, que libera directamente estos factores, reduciendo la inflamación inicial. La terapia más avanzada utiliza células progenitoras (CD34) extraídas de la sangre del propio paciente, con capacidad para generar nuevo tejido y reparar lesiones más complejas.

Los especialistas enfatizan que no hay dos pacientes iguales y cada tratamiento se personaliza. Además, estas terapias son muy seguras. "Cuando utilizamos plasma o utilizamos el suero rico en citocinas, es que están casi exentos de efectos secundarios", señala el Dr. Fernández, lo que los convierte en una alternativa segura para pacientes polimedicados o diabéticos.

Finalmente, el éxito no depende solo de la técnica, sino de un abordaje multidisciplinar (fisioterapia, nutrición, psicología) y de la implicación del paciente. "El paciente tiene que ser proactivo en la recuperación", concluyen. El ejercicio físico es un pilar fundamental, y los estudios demuestran que la actividad de fuerza mejora los resultados de las terapias regenerativas. La Unidad del Dolor no es el final del camino, sino el principio de la recuperación.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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