Viernes Santo en Córdoba: tradición, silencio y emoción con siete cofradías

El Viernes Santo llega a Córdoba cargado de simbolismo, emociones profundas y una belleza sobria que marca uno de los días más intensos de la Semana Santa. Desde la madrugada hasta bien entrada la noche, la ciudad se convierte en un escenario de silencio, devoción y recogimiento, con siete hermandades que pondrán en la calle su estación de penitencia para acompañar los últimos momentos de Cristo en su Pasión y la tristeza serena de su Madre.

La jornada comienza en plena madrugá. A las doce en punto de la noche, se abrirán las puertas de la Real Colegiata de San Hipólito, situada en la plaza de San Ignacio de Loyola, justo detrás del Gran Teatro, para dar paso a la Hermandad de la Buena Muerte. Fundada en 1944, es la única cofradía que procesiona en la madrugada cordobesa, y lo hace con un estilo sobrio, silencioso y profundamente sobrecogedor. Su cortejo lo abren los nazarenos vestidos con túnica de cola y cubrerrostro negro, ceñidos con cinturón de esparto. El primer paso muestra a Jesús muerto en la Cruz, y el segundo, a Nuestra Señora Reina de los Mártires, en una escena que impacta por su sobriedad y belleza.

Ya por la tarde, a las 16:45 horas, comienza la segunda parte de este intenso día con la salida de la Hermandad de la Soledad. Fundada en 1975, esta cofradía procesiona desde la iglesia de Santiago Apóstol con un único paso, sin palio, donde la Virgen de la Soledad camina con la mirada baja, envuelta en un dolor contenido que sobrecoge a quienes la contemplan. Sus nazarenos visten túnica negra, cubrerrostro marrón franciscano y cíngulo blanco, reflejo de la sencillez y el luto que marca esta jornada.

A las 17:20 horas, desde la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, saldrá la Hermandad de la Conversión, una de las más jóvenes en la nómina del Viernes Santo, pero con un marcado carácter catequético. En su primer paso, veremos al Santísimo Cristo de la Oración y la Caridad, crucificado en el momento en que el buen ladrón se convierte, mientras que en el segundo procesiona María Santísima de la Salud y Consuelo, acompañada por la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Redención. Sus pasos reflejan con fuerza el mensaje de redención y esperanza que brota incluso en el momento más oscuro.

El reloj marca las 18:15 horas cuando se abren las puertas de la plaza de Capuchinos para que la Señora de Córdoba, Nuestra Señora de los Dolores, inicie su recorrido. Es uno de los instantes más emotivos del día. Su imagen, coronada y venerada por generaciones de cordobeses, recorre la ciudad en una procesión marcada por el silencio, el respeto y el cariño de un pueblo que se detiene ante su mirada dolorosa.

A las 19:00 horas, la solemnidad continúa con la salida de la Hermandad de la Expiración, desde la iglesia de San Pablo. Esta cofradía muestra a Jesús en el momento de expirar en la Cruz, acompañado por la Virgen del Silencio, una imagen del siglo XVII que impone por su serena tristeza. La escena será acompañada por la música de la Capilla Musical Ars Sacra de Écija, en un entorno de profundo recogimiento. Tras ella, procesionará Nuestra Señora del Rosario Coronada, arropada por la Banda de Música Nuestra Señora del Carmen de Villalba del Alcor, en una conjunción de clasicismo y elegancia.

La penúltima cofradía en ponerse en la calle será la del Descendimiento, a las 19:50 horas, desde la parroquia de San José y Espíritu Santo. Sus nazarenos visten túnica blanca con cubrerrostro y fajín rojo, acompañando la escena del descenso de Cristo de la Cruz por los Santos Varones, bajo la mirada doliente de la Virgen María, San Juan, María Magdalena, Salomé y Cleofás. Junto a ellos, bajo palio, caminará Nuestra Señora del Buen Fin, acompañada por la Banda de Música de El Saucejo (Sevilla). La plasticidad de esta escena, que combina escultura y emoción, convierte esta estación de penitencia en una de las más impactantes del día.

Por último, a las 20:45 horas, desde la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos, se pondrá en marcha la Hermandad del Santo Sepulcro, fundada en 1573 y reorganizada en 1973. Su paso representa a Cristo yacente tras la crucifixión, en una urna de madera y cristal que avanza en silencio por la noche cordobesa. Su paso sereno, su austeridad y su significado marcan el final de un día que invita a la reflexión y a la espera confiada del Sábado Santo.

Con estas siete estaciones de penitencia, Córdoba culmina uno de los días más sobrecogedores de su Semana Santa, donde la fe, el arte y la tradición se dan la mano para ofrecer una vivencia única, que deja huella tanto en creyentes como en quienes se acercan con respeto y admiración a esta manifestación popular y espiritual.