Verano sostenible: ¿es posible viajar sin contaminar?

Cada vez más personas se interesan por dejar una huella positiva, no solo una huella neutra | Algunos destinos están más cerca de lo que crees

Turismo de naturaleza

Fran Durán

Córdoba - Publicado el

5 min lectura

Viajar y cuidar del planeta no tienen por qué ser conceptos opuestos. Cada vez más personas se preguntan si es posible disfrutar del verano sin dejar una gran huella ecológica. La respuesta no es un sí rotundo, pero tampoco un no definitivo. Se trata de hacer pequeños cambios, tomar decisiones conscientes y entender que la sostenibilidad no es renunciar a viajar, sino elegir mejor cómo lo hacemos. 

¿Por qué importa cómo viajamos?  

El turismo representa aproximadamente el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El transporte (especialmente el aéreo), el consumo energético de los alojamientos, el uso de plásticos, el derroche de agua y la presión sobre entornos naturales contribuyen a que nuestras vacaciones tengan un coste ambiental. A esto se suma el impacto social y económico que el turismo masivo genera en comunidades locales, a menudo convertidas en escenarios más que en hogares.

Pero no se trata de dejar de viajar, sino de hacerlo de manera más responsable. Y el verano, con su ritmo más pausado y flexible, es un momento ideal para poner en práctica otra forma de moverse por el mundo. 1. 

Menos kilómetros, más experiencias  

El primer paso para reducir el impacto de tus vacaciones es elegir destinos más cercanos. Cuanto menos te desplaces, menos emisiones generas. Los viajes en coche compartido, autobús o tren son opciones mucho más sostenibles que el avión. Si tienes que volar, elige trayectos directos y evita escalas innecesarias, ya que el despegue y el aterrizaje son los momentos que más combustible consumen.

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Carretera en medio de verdes montañas y viaducto de hormigón.

Además, muchas veces idealizamos lo lejano y olvidamos que cerca de casa hay parajes increíbles, pueblos con historia, playas menos conocidas o espacios naturales que aún no has descubierto. 2. Alojamiento: más allá de la piscina

A la hora de buscar dónde dormir, elige alojamientos que cuiden el entorno y trabajen con criterios de sostenibilidad. Algunos hoteles y casas rurales ya cuentan con certificados ecológicos o aplican prácticas responsables: energías renovables, reducción del uso de plásticos, gestión eficiente del agua, colaboración con productores locales o propuestas de movilidad verde.

Rubén y Oceane, en la recepción de su alojamiento turístico en Iznájar

También puedes considerar el agroturismo, los campings ecológicos o incluso el intercambio de casas. Cuanto más sencillo y local, menor es el impacto. 

5 IMPRESCINDIBLES EN LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

 1. Zuheros y la Cueva de los Murciélagos 

Un pueblo blanco de postal, colgado en la Sierra Subbética, ideal para perderse por sus calles empedradas y disfrutar de su tranquilidad. A pocos minutos se encuentra la Cueva de los Murciélagos, uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de Andalucía y con formaciones geológicas espectaculares. Naturaleza, arqueología y queso de cabra. 

2. Almodóvar del Río y su castillo

Un castillo medieval impresionante, perfectamente conservado, que ha sido escenario de series como Juego de Tronos. Desde lo alto se domina el valle del Guadalquivir y el embalse de La Breña, donde puedes practicar deportes acuáticos. Ideal para un plan completo de historia, senderismo y chapuzón. 

3. Priego de Córdoba, joya del barroco

Considerado uno de los pueblos más bonitos de España, destaca por su barrio de la Villa, sus fuentes monumentales y sus iglesias barrocas. Pasear por sus calles blancas con macetas azules es como entrar en una postal. No te vayas sin probar el aceite de oliva virgen extra de la zona. 

Castillo de Priego de Córdoba

4. Palma del Río y el Palacio Portocarrero

A orillas del Guadalquivir, entre naranjos, se alza esta ciudad con un rico legado mudéjar y barroco. El Palacio Portocarrero, todavía habitado, es una joya arquitectónica poco conocida que se puede visitar con cita previa. El casco histórico, el convento de Santa Clara y la gastronomía local completan la experiencia. 

5. Los Pedroches y la dehesa infinita

El norte de la provincia es otro mundo: cielo limpio, silencio, ganadería extensiva y pueblos con sabor serrano como Hinojosa, Pedroche o Dos Torres. Es ideal para desconectar, descubrir la dehesa mejor conservada de Europa y degustar el auténtico jamón ibérico de bellota en su lugar de origen.

Dehesa

 Come local, come real  

Comer en verano suele ser sinónimo de terrazas, tapeo y mercado. Aprovecha para consumir productos locales y de temporada, y apoyar así la economía del lugar. Los alimentos que no han tenido que viajar miles de kilómetros son más frescos, más sabrosos y mucho más sostenibles.

Lleva contigo una botella reutilizable, una bolsa de tela y, si puedes, cubiertos y tupper de viaje. Evitarás residuos innecesarios y te adaptarás mejor a entornos donde no siempre hay servicios disponibles. 

Uno de los valores clave del turismo sostenible es el ritmo lento. No se trata de hacer listas infinitas de monumentos ni de acumular check-ins en redes sociales. Viajar de forma consciente implica detenerse, observar, conocer. Caminar más, alquilar una bici, dejarte perder por las calles, hablar con la gente del lugar.

Este tipo de experiencias generan menos impacto y más recuerdos. Porque, al final, lo que queda de un viaje no es cuántos sitios visitaste, sino cómo te sentiste en ellos. 

Respeta el lugar que visitas  

Viajar también implica respetar: a las personas, sus costumbres, el entorno natural. No dejes basura, evita hacer ruido excesivo, infórmate sobre las normas de uso en playas o espacios protegidos. Algunas zonas sufren especialmente en verano, por lo que conviene preguntarse si tu presencia está ayudando o contribuyendo al deterioro.

Una buena práctica es devolver algo al lugar que te acoge. Puede ser comprando en negocios familiares, participando en actividades culturales o, simplemente, agradeciendo con educación y respeto.

Turismo regenerativo: el siguiente paso  

Mientras el turismo sostenible busca “no hacer daño”, el turismo regenerativo va más allá: propone mejorar el entorno al que llegamos. Puede ser colaborando en proyectos locales, apoyando iniciativas medioambientales o viajando con un propósito educativo o de voluntariado. Cada vez más personas se interesan por dejar una huella positiva, no solo una huella neutra. 

¿Y si no viajo?  

También hay que decirlo: no viajar también es una opción válida. Un verano en casa, con excursiones cercanas, tiempo en familia, lectura o aprendizaje puede ser igualmente enriquecedor. La sostenibilidad empieza por entender que el descanso no siempre está en el destino, sino en cómo decides vivirlo.