De turistas a peregrinos: el auge del turismo religioso impulsa nuevas rutas y emociones
Estos viajes no solo recorren lugares sagrados, sino que transforman a quien los vive, acercándolo de nuevo a la fe y al sentido profundo del camino
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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El turismo religioso mueve cada año a millones de personas en todo el mundo, y Andalucía es uno de los destinos que más fieles —y curiosos— atrae. Procesiones, peregrinaciones, rutas patrimoniales o fiestas de gran arraigo cultural generan un impacto económico y social que va mucho más allá de la fe. Solo la Semana Santa supera los tres millones de visitantes en la comunidad, pero este fenómeno va mucho más lejos.
Entre las empresas que han hecho del viaje espiritual su especialidad se encuentra Tecum Viajes, con sede en Córdoba y Madrid, dirigida por Juan Corpas, que define el turismo religioso como “una experiencia de vida, un acto de fe, una forma de vivir el viaje”.
Santuario de Fátima
Corpas explica que, aunque muchas de las rutas se asemejan a las culturales, hay una diferencia esencial: “La fe y la figura del sacerdote. En estos viajes, Cristo está en medio”. Esa presencia simbólica y compartida convierte destinos como Tierra Santa, Polonia, México o Italia en auténticos focos de peregrinación. “Todo el mundo quiere visitar Tierra Santa una vez en la vida, pero Roma, más cercana y asequible, se ha convertido también en una gran meta, especialmente en este año jubilar”, comenta.
El turismo religioso ha evolucionado mucho en los últimos años. Las peregrinaciones ya no se asocian a incomodidad o austeridad extrema. “Un peregrino no tiene por qué dormir en una esterilla —afirma Corpas—. Hoy puede hacerlo en hoteles de tres, cuatro o cinco estrellas. Una cosa no quita la otra. La fe no está reñida con el confort”. Muchos alojamientos, de hecho, han incorporado capillas para que los grupos puedan celebrar misa a diario, un detalle que refleja cómo el sector turístico se adapta a las nuevas necesidades espirituales.
Juan Corpas
Aunque la mayoría de los viajeros se sitúan entre los 50 y los 70 años —por su mayor capacidad económica y disponibilidad—, en Tecum han detectado un fenómeno interesante: “Desde hace tres o cuatro años estamos viendo un renacimiento entre la gente joven, con muchas conversiones y nuevas búsquedas espirituales. Lo he visto con mis propios ojos en las peregrinaciones”.
Ese cambio interior es, para Corpas, la verdadera esencia del turismo religioso. “Muchos dicen: vine como turista y volví como peregrino. He visto a personas que viajaban casi obligadas por su pareja, llorar al final del recorrido y prometer que volverían. Eso es lo grande de una peregrinación”.
El catálogo de destinos para 2025 refleja tanto tradición como actualidad. Roma y toda Italia viven un año especial por el Jubileo, con itinerarios que combinan arte, historia y espiritualidad desde Asís hasta San Giovanni Rotondo. Polonia mantiene su fuerza gracias a la figura de San Juan Pablo II, y México emerge como el gran desconocido. “Para el español, México es como una España mejorada, todo a lo grande, con una devoción impresionante”, apunta.
A pesar de las tensiones que afectan a algunas zonas, Tierra Santa sigue siendo la meta soñada. “Esperamos que pronto vuelva la normalidad, porque sigue siendo la gran peregrinación”, dice el director de Tecum. La seguridad, añade, es clave para el viajero español: “Buscamos destinos muy seguros, y eso influye mucho en la decisión final”.
Corpas reconoce que el gran reto del sector es seguir especializándose. “El cliente cada vez sabe más, y nosotros tenemos que saber más que él. No cualquiera puede organizar un viaje religioso. Hay que sentirlo, transmitirlo. Si se transmite, se vende; si no, no”.
Tecum Viajes, con presencia en todo el país, continúa consolidándose como una referencia en este nicho de mercado. “Internet y la inteligencia artificial no pueden sustituir la emoción de un guía que vive la fe con el grupo”, concluye Corpas, convencido de que la clave del turismo religioso está, como en la propia peregrinación, en el camino interior.