Tattoo Rafa vuelve a crear con el corazón: el arte como terapia y mensaje de inclusión tras superar un ictus

La muestra “Corazones” reúne nueve obras en acrílico y es un recordatorio para no perder esa parte humana que a veces parece escasear

Composición de tres de las obras expuestas

Fran Durán

Córdoba - Publicado el - Actualizado

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A sus 80 años, Rafael Naharro Zafrilla, conocido en Córdoba como Tattoo Rafa, vuelve a sorprender con su capacidad de superación. Tras una vida dedicada al arte del tatuaje, un ictus lo obligó hace años a alejarse de su profesión. Sin embargo, lejos de rendirse, encontró en la pintura una nueva forma de expresión y, sobre todo, una manera de aportar su talento a la sociedad. Ahora expone su obra por una buena causa en un homenaje a la emoción, la esperanza y la inclusión.

Del 20 al 26 de octubre, el Centro Acuático Inclusivo Alfonso Otero, situado en la calle Ramón Toledano Cuenca, número 20, acoge la exposición de pintura de Rafael Naharro. Por primera vez, este espacio —el único en la capital totalmente adaptado para personas con discapacidad física— cede una de sus salas para una actividad artística. Una iniciativa que une el arte con la integración social y da visibilidad a quienes, pese a los problemas de salud o de movilidad, continúan encontrando motivos para seguir creando.

La muestra, titulada “Corazones”, reúne nueve obras realizadas en acrílico que giran en torno a un mismo mensaje: el valor de las emociones y la importancia de conservar la humanidad en un mundo cada vez más acelerado. “Es un recordatorio para no perder esa parte humana que a veces parece escasear. Tenemos que seguir teniendo corazón y demostrarlo”, afirma el autor.

Rafael Naharro, Rafael Navarro, Alfonso Otero y Mercedes Pessini

El color y la luz son protagonistas de una serie que invita a mirar más allá de la forma para detenerse en lo esencial: el sentimiento. Cada cuadro es, según explica Naharro, una metáfora del amor, entendido como fuerza vital y universal, en línea con el mensaje que John Lennon proclamaba en sus canciones.

Para el artista, la pintura ha supuesto mucho más que una afición. Tras el ictus que sufrió, esta disciplina se convirtió en una vía de recuperación y motivación personal. “La pintura me devolvió la ilusión y me permitió seguir haciendo lo que más me gusta: crear. Aunque ya no podía tatuar, descubrí otra manera de expresar lo que siento y de mantenerme activo”, reconoce.

La pintura me devolvió la ilusión y me permitió seguir haciendo lo que más me gusta: crear

Rafael Naharro

La elección del Centro Acuático Inclusivo Alfonso Otero para acoger la muestra no es casual. Este espacio, promovido por Alfonso Otero tras superar numerosos obstáculos administrativos, se ha consolidado como un referente en Córdoba por su labor en favor de las personas con discapacidad. Con esta exposición, el centro amplía su horizonte al ámbito cultural, convirtiéndose también en un punto de encuentro para la creatividad y la inclusión.

“Queremos que este sea un lugar abierto a todos, donde se reconozca el valor del esfuerzo y la superación”, señala Otero. “Rafael representa a la perfección ese espíritu: el de quien, a pesar de las dificultades, sigue adelante con energía, pasión y ganas de compartir”.

Aquí hay gente que lucha cada día, que no se rinde. Me identifico con esa actitud

Rafael Naharro

Naharro, por su parte, asegura sentirse “en familia” dentro de este espacio. “Aquí hay gente que lucha cada día, que no se rinde. Me identifico con esa actitud. Al final, todos compartimos las mismas emociones y las ganas de aportar algo a los demás”, comenta.

HORARIO PARA VISITARLA

La exposición puede visitarse hasta el 26 de octubre en horario de lunes a viernes, de 10:00 a 14:00, de 16:00 a 19:00 y de 20:15 a 21:45; sábados, de 10:00 a 13:45 y de 15:00 a 20:45; y domingos, de 10:00 a 13:45.

La entrada es libre, y quienes se acerquen podrán descubrir no solo la obra de un artista, sino también el testimonio de una vida marcada por la resiliencia. En cada lienzo, Naharro deja constancia de que el arte sigue siendo un puente hacia los demás y una herramienta para mantener viva la ilusión, incluso cuando la salud o la edad ponen obstáculos.

Porque si algo demuestra Tattoo Rafa con esta muestra es que nunca es tarde para volver a empezar. Que el talento, cuando se alimenta de corazón, no entiende de límites.