Una pionera exposición expondrá en Córdoba el día a día de niños y adolescentes en el Antiguo Egipto

En la Sala Orive y en la Vimcorsa desde el 4 de diciembre al 9 de abril se podrá conocer más de los juegos, la educación, los ritos de nacimiento y muerte a través de 200 piezas y un vídeo inmersivo

Presentación de exposición sobre infancia y adolescencia en Egipto

Toni Cruz González

Córdoba - Publicado el

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Una nueva e importante exposición arroja luz sobre un aspecto poco explorado de una de las civilizaciones más fascinantes de la historia: la infancia y la adolescencia en el Antiguo Egipto. La muestra se aleja de los grandes monumentos y tesoros faraónicos para ofrecer una visión más humana y cotidiana de la sociedad nilótica, centrada en cómo era nacer, crecer y convertirse en adulto en aquella época.

Crecer a orillas del Nilo

La exposición revela que, a pesar de la altísima tasa de mortalidad infantil, los niños eran muy deseados y queridos en el seno de la familia egipcia. A través de los objetos recuperados en yacimientos arqueológicos, se ha descubierto una gran variedad de juguetes como muñecas, pelotas o figuras de animales, lo que demuestra que el juego era una parte fundamental de su desarrollo.

En cuanto a la educación, esta estaba mayoritariamente reservada a los varones de las clases altas, que aprendían a leer y escribir para convertirse en escribas o funcionarios. El resto de niños y niñas aprendían oficios y tareas domésticas en el entorno familiar, preparándose desde pequeños para su futuro en la comunidad.

De la adolescencia al mundo adulto

La transición a la edad adulta estaba marcada por ritos de paso bien diferenciados. Para los chicos, suponía integrarse plenamente en el oficio de su padre, mientras que para las chicas, el matrimonio a una edad temprana era el destino más común, pasando a gestionar su propio hogar y a tener sus propios hijos.

Esta exposición no solo permite entender mejor la estructura social del Antiguo Egipto, sino que también ofrece un retrato íntimo y cercano de sus gentes. Al poner el foco en los más jóvenes, la muestra consigue humanizar una civilización a menudo vista solo a través de la grandiosidad de sus faraones y dioses.