Las lluvias dan un respiro a Córdoba pero la sequía persiste: la cruz de los embalses del sur

Pese a la notable recuperación de la mayoría de embalses, el catedrático Emilio Camacho alerta de la crítica situación del pantano de Iznájar y otros del sur

Fran Durán

Córdoba - Publicado el

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Los embalses de la provincia de Córdoba han recibido un respiro crucial gracias a las precipitaciones de la reciente borrasca Claudia. A comienzos de semana, las reservas hídricas se sitúan en torno al 45% de su capacidad, con la cuenca del Guadalquivir rondando el 44%. Este aumento aleja, al menos de momento, los temores más inmediatos de sequía en el conjunto del territorio y supone un punto de inflexión tras un otoño excepcionalmente seco.

La cara y la cruz de los pantanos  

Sin embargo, la borrasca ha repartido la suerte de forma desigual. El catedrático de la Universidad de Córdoba y miembro del Comité de Expertos frente a la Sequía de la Junta de Andalucía, Emilio Camacho, explica que las lluvias se han concentrado en la parte occidental. Como resultado, los embalses del norte, como Guadalmellato, Sierra Boyera, Guadanuño y Bembézar, superan el 85% de su capacidad, mientras que Puente Nuevo sobrepasa el 74% y Martín Gonzalo el 68%.

La situación es radicalmente opuesta en el sur de la provincia, donde los embalses apenas han aumentado su volumen. Camacho ha señalado que "son quizás los embalses que más preocupan, pero en especial yo diría que es Iznájar". Este pantano, vital para el sistema de regulación general, se encontraba por debajo del 20% y solo ha experimentado una leve subida, una situación que el experto califica de preocupante.

Son quizás los embalses que más preocupan, pero en especial diría que es Iznájar"

Emilio Camacho

Catedrático de la UCO y miembro del Comité de Expertos frente a la Sequía de la Junta de Andalucía

Iznájar, un gigante sin solución a la vista  

El problema de Iznájar es complejo. Según Camacho, no existen soluciones sencillas como los trasvases desde cuencas cercanas. "Es complicado, tampoco hay recursos cercanos a este embalse donde se puedan realizar trasvases", ha detallado. A diferencia de otros pantanos colaterales al Guadalquivir que pueden recibir agua mediante bombeos, Iznájar se nutre del río Genil y su geografía dificulta estas operaciones.

Históricamente, el embalse se beneficiaba de las aguas del deshielo de Sierra Nevada, pero este aporte ha mermado en los últimos años. Camacho apunta que este fenómeno merece un análisis detallado para entender por qué "no aumenta de forma significativa con el deshielo" y cómo se están gestionando esos recursos en la sierra.

La tecnología, clave para mitigar la escasez  

A pesar de las dificultades, el catedrático valora positivamente la gestión realizada durante los últimos años de escasez. Recuerda que en la última década, el regadío solo ha tenido garantía de suministro en menos de cuatro años. Aun así, las producciones agrícolas no han sufrido mermas drásticas, incluso en campañas como la de 2022, cuando las dotaciones se redujeron por encima del 80%.

El experto atribuye este éxito a que "se ha mejorado mucho la tecnología en cuanto al riego, la modernización de regadío ha hecho mucho". La gestión también ha mejorado, pero insiste en la necesidad de "incorporar las nuevas tecnologías que nos van a permitir tener una mejor gestión del agua". La prueba, según él, es que se ha sabido gestionar bien la poca disponibilidad de agua que existía.

Se ha mejorado mucho la tecnología en cuanto al riego, la modernización de regadío ha hecho mucho"

Emilio Camacho

Catedrático de la UCO y miembro del Comité de Expertos frente a la Sequía de la Junta de Andalucía

Camacho califica las lluvias de otoño como "fabulosas", ya que han llegado en un momento clave. Antes de la borrasca, la preocupación era máxima, con un otoño muy avanzado, temperaturas excepcionalmente altas y sequía total en septiembre y octubre. Esta agua deja el terreno "prácticamente preparado y abonado" para que las próximas precipitaciones generen escorrentías más efectivas hacia los embalses y ayuden a la recarga de los acuíferos.

Este escenario contrasta con el de los dos últimos años, cuando las lluvias se concentraron en primavera. De cara al futuro, el experto advierte que los periodos de sequía se repetirán, por lo que, a pesar de este alivio, es imprescindible mantener la conciencia sobre el ahorro y el uso eficiente del agua como si la sequía nunca se hubiera ido.