Agricultura rechaza ayudas extraordinarias por el mildiu en Montilla-Moriles y remite al seguro agrario

La decisión supone un jarro de agua fría para un sector que cifra en torno al 50% la merma de la producción, con unas pérdidas económicas que rondan los 20 millones de euros en el sur de Córdoba

Fran Durán

Córdoba - Publicado el

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El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha descartado la concesión de ayudas extraordinarias para paliar las graves pérdidas que la plaga de mildiu ha provocado en la comarca vitivinícola de Montilla-Moriles. La decisión supone un jarro de agua fría para un sector que cifra en torno al 50% la merma de la producción, con unas pérdidas económicas que rondan los 20 millones de euros en el sur de Córdoba.

Fuentes ministeriales explican que los daños tan severos “podrían haberse evitado mediante la realización de los tratamientos fitosanitarios adecuados por parte de los operadores” y subrayan que el mildiu es un riesgo que “está cubierto por el seguro agrario en Andalucía”. “Lo asegurable no es indemnizable”, recalcan desde el departamento que encabeza Luis Planas.

El mildiu es una patología fúngica que ataca al viñedo y cuya propagación se ha visto favorecida esta primavera por las lluvias abundantes y las temperaturas suaves. Esta combinación impidió en muchos casos realizar los tratamientos “en el momento más adecuado”. Pese a ello, desde el Ministerio insisten en que “el tratamiento de la enfermedad en el momento y con los productos adecuados es fundamental para evitar pérdidas importantes de producción”.

A pie de campo hay agricultores que han perdido hasta el 60% de su cosecha. Es el caso de Bodegas Robles. Su gerente, Francisco Robles, ha asegurado que solo queda aguantar y soportar las pérdidas. Se muestra pesimista en cuanto a posibles ayudas y solo confía en que la Junta de Andalucía pueda aplicar alguna medida que sirva para amortiguar el golpe. En palabras de Robles, el mildiu es “como un resfriado, sabemos que todos los años está ahí, pero en esta ocasión es como si hubiera derivado a un Covid”. 

La comparación refleja el dramatismo de una campaña que ha dejado viñedos muy afectados. El mildiu, una enfermedad fúngica favorecida por la humedad y las lluvias primaverales, se ha extendido con una virulencia inusual, arrasando buena parte de la producción en zonas claves para el vino cordobés. Para quienes viven del viñedo, no tener cosecha supone un duro golpe, sobre todo cuando no existe un colchón que compense las pérdidas.

Robles, como otros agricultores, no tenía asegurada la cosecha. Explica que los seguros son muy caros y que, cuando llegan los problemas, “todos son impedimentos”. Esta percepción es compartida por buena parte del sector, que siente que el esfuerzo económico de contratar una póliza no compensa los resultados cuando llega una plaga o una enfermedad.

Desde Asaja Córdoba, el técnico Eduardo Eraso apunta en la misma dirección. Reconoce que los seguros agrarios son costosos y que, frente a enfermedades como el mildiu, pocos agricultores deciden protegerse porque la letra pequeña limita mucho las coberturas. Esa falta de confianza, unida a campañas cada vez más difíciles por el cambio climático, deja a los agricultores en una posición muy vulnerable. El mildiu ha vuelto a demostrarlo con crudeza este año.

EL SEGURO

El seguro agrario cubre el “riesgo excepcional” de mildiu en la zona sur peninsular y en Baleares. Sin embargo, la contratación es todavía escasa: sólo el 2% de las explotaciones de Huelva cuentan con esta póliza, el 4,6% en Málaga, el 13,3% en Cádiz y el 20,7% en Córdoba. En la zona de Montilla-Moriles, en concreto, apenas unas 1.000 hectáreas de viñedo están aseguradas. Como única vía de compensación a corto plazo, Agricultura recuerda que, si se constata oficialmente una reducción del rendimiento de al menos el 30% y la Junta de Andalucía lo propone, podría plantearse una reducción de módulos fiscales en la orden que se publique en 2026.

Frente a esta postura, el sector vitivinícola de la comarca se siente desamparado. Cooperativas, bodegas y lagares calculan que la cosecha se ha reducido a la mitad, con una producción que caerá hasta los 13-15 millones de kilos de uva. “Estamos ante una situación crítica, con familias que viven de la viña y que se enfrentan a una vendimia arruinada”, lamentan desde las organizaciones agrarias, que insisten en que el exceso de lluvias impidió aplicar los tratamientos a tiempo. “No se trata de un descuido, sino de un fenómeno climático excepcional”, argumentan.

Los agricultores consideran que el seguro agrario no es una solución real en estos momentos, dado su bajo nivel de implantación y el coste que supone para explotaciones de pequeña dimensión. Por ello, reclaman un plan de apoyo específico y ayudas directas que permitan sostener la actividad en el corto plazo y evitar que la crisis derive en abandono de viñedos.

AYUDAS POR PARTE DE LA JUNTA

La Junta de Andalucía, por su parte, reconoce la magnitud del problema en Montilla-Moriles y se ha mostrado dispuesta a trasladar las reivindicaciones del territorio al Ministerio. El Gobierno autonómico recuerda que puede proponer la reducción de módulos fiscales para los productores afectados y anima al sector a reforzar la contratación de seguros agrarios. No obstante, comparte la preocupación de cooperativas y ayuntamientos, que a finales de agosto presentaron un paquete de reivindicaciones que consideran inaplazables.

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