Érase un hombre a un balón pegado. Un futbolista superlativo, de los que marcan una época y a una generación. “El que nunca hace nada”, como decía Manolo Lama con toda la ironía posible, pero lo hacía todo. En su pack siempre estaba el abono de temporada de los goles. Con el extra, imprescindible, del liderazgo. Aquel que empezó a gestarse, junto a una leyenda con mayúsculas, hace justo 25 años. El 29 de octubre de 1994, Raúl González Blanco irrumpió en el fútbol y en el deporte español. Para, no mucho después, volverse inmortal.

Entre toda una carrera plagada de momentos inolvidables, el ‘7’ de España nos dejó, por hacer honor a su dorsal inseparable, siete hitos que merecen ser rescatados tal día como hoy. Seguro que no están todos los que son, pero sí algunos de los más importantes.

Su primer gol

A Raúl le importó bien poco estrenar su casillero goleador con el primer equipo del Real Madrid en todo un derbi ante el Atlético de Madrid, el club donde se formó. La Liga empezó a saber de su talento tras este tanto inicial con la zurda, a pase de un tal Michael Laudrup y en el Santiago Bernabéu. Tras un debut sin suerte de cara a portería, el 5 de noviembre de 1994 llegó el primero de muchos tantos como madridista.

El ‘Aguanís’

La defensa de aquel Vasco da Gama y su portero todavía están recuperándose de aquellos regates mágicos de un Raúl por entonces ya consagrado en el Madrid. Esa jugada de dibujos animados significó la conquista de la Copa Intercontinental de 1998 por parte de los blancos (2-1). Se llamaba el ‘Aguanís’ y González Blanco la tenía controlada desde pequeño, como demostró con creces en el mejor de los escenarios.

Póker contra Austria

Aunque Raúl no tuvo mucha suerte en los grandes torneos que disputó con España, su etapa como internacional (lo fue en 102 ocasiones) estuvo marcada por el protagonismo más absoluto. El día que le encumbró de manera definitiva como ‘7’ de España fue el 27 de marzo de 1999. Entonces, cuatro goles suyos resultaron claves en una goleada histórica ante Austria (9-0) en Valencia. Gesta en todo un partido clasificatorio para la Eurocopa de 2000.

Un gol para silenciarlos a todos

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Quizá la imagen más icónica de la carrera de Raúl se produjo un 13 de octubre de 1999. Aquel día, los dos goles del Real Madrid en el Clásico ante el FC Barcelona disputado en el Camp Nou llevaron su firma. Inauguró el marcador, se negó a que la remontada azulgrana se consumase y, tras marcar el 2-2 definitivo en el minuto 86, mandó callar a la afición del eterno rival.

Broche de oro a La Octava

Raúl ganó tres Champions en las filas del Madrid. Esta fue la segunda, arrebatada por los blancos al Valencia en la primera final española de la competición. El gol del ‘7’ para cerrar el marcador (3-0), con regate incluido al portero ché, Cañizares, resultó uno de los más bellos de su carrera.

El último gol con el Madrid

Seis Ligas, tres Copas de Europa, cuatro Supercopas de España, dos Mundiales de Clubes y una Supercopa de Europa. Es el palmarés magistral de Raúl en el Real Madrid, al que a nivel individual hay que añadir, entre otros reconocimientos, el Balón de Plata de 2001 y nada menos que 323 goles. El último de ellos llegó el 24 de abril de 2010 ante el Zaragoza y en La Romareda, el mismo estadio en el que debutó. Lesionado y a pase de otro ‘7’ sin igual, Cristiano Ronaldo.

Ídolo también en Alemania

Las dos temporadas de Raúl en el Schalke 04 demostraron que su calidad seguía intacta. Al igual que su jerarquía, capaz de marcar tanto las diferencias como para conducir al equipo alemán hasta las primeras semifinales de su historia en la Champions. Y, además, ganar la Copa y la Supercopa. Al-Sadd y New York Cosmos le disfrutarían más adelante, con dos Ligas, dos Copas y una Supercopa más para cerrar su palmarés. Tan en plena forma como siempre, Raúl, hoy entrenador del Real Madrid Castilla, se retiró en noviembre de 2015. Eso sí, su leyenda, 25 años después de iniciarse, sigue muy viva.