El Suiza-Serbia prometía ser un partido de tensión y cumplió lo prometido, aunque esta vez Xerdan Shaqiri no celebrara su gol haciendo el águila bicéfala, símbolo del nacionalismo albanés, como ocurrió en el Mundial 2018 de Rusia, aunque si mandó callar a los aficionados rivales.

En las filas del combinado helvético militan varios jugadores con origenes albanos y kosovares y no quisieron dejar la oportunidad de mostrar sus inclinaciones políticas sobre un conflicto que sigue latente.

Lío con Serbia por colgar una bandera en su vestuario con el mapa de Kosovo y el lema 'no rendirse'

La FIFA les ha abierto expediente disciplinario por la exhibición de la bandera en el vestuario antes del duelo ante Brasil.

26 nov 2022 - 17:18

El principal protagonista fue el capitán de los suizos, el centrocampista del Arsenal Granit Xhaka de origen albano-kosovar, que protagonizó varios roces con los jugadores serbios durante el encuentro, llegando a ser agarrado del cuello por el cuello por el portero Milinkovic-Savic, y llevándose las manos a los genitales durante el partido mientras señalaba al banquillo de Serbia.

Una vez finalizado el partido, Xhaka se quitó la camiseta y dejó a la vista otra dada la vuelta con el número 26 y el nombre de Jashari, uno de sus compañeros en la selección helvética y también de origenes kosovares. Se trataba de un bonito gesto hacia un amigo ¿o no? En Serbia no se han tomado nada bien la referencia y han puesto el grito en el cielo contra el capitán de Suiza.

Y es que Jashari es también el apellido del fundador del KLA (Ejército de Liberación de Kosovo) que fue ejecutado junto a otras 60 personas por el ejército serbio en 1998. El gesto no ha pasado desapercibido y sus rivales se lo han tomado como una provocación.