Corría el minuto 91 de partido en Old Trafford y el Manchester United perdía por 0-1 con el Aston Villa merced a un gol a la salida de un córner del central de los villanos Hause. En ese momento el colegiado señaló penalti tras tocar el propio Hause el balón con la mano en un remate de Cavani.
Cuando todo el mundo pensaba que el lanzador iba a ser Cristiano Ronaldo, tomó el balón y la responsabilidad otro portugués y consumado especialista Bruno Fernandes. Mientras Emiliano Martínez, portero argentino del Aston Villa, se dirigía en voz en grito a Cristiano retándole a que lo tirara él.
No surtió efecto y el encargado de lanzar las penas máximas desde su llegada a los red devils se dirigió al punto de penalti y le pegó con la derecha por encima de la portería defendida por el argentino. Fallo decisivo que acabó costándole al equipo de Solskjaer la primera derrota de la temporada.