Capitán Troncoso: de tapeo por la primera peatonal de la Ciudad Vieja - Pateando A Coruña

Capitán Troncoso: de tapeo por la primera peatonal de la Ciudad Vieja

Calle del Capitán Troncoso. Comienza en la calle de los Ángeles y termina en un muro hacia General Alesón. 24 números. 116 metros. 15001. 

El capitán que se enfrentó a Drake 

La calle del Capitán Troncoso toma su nombre de Álvaro Troncoso, uno de los militares que comandaron las tropas que defendieron A Coruña del asedio inglés en 1589. Troncoso salió al paso de los ingleses en el puente de A Gaiteira y, cuando avanzó el asedio, defendió con sus hombres la Puerta de Aires, muy cerca de la vía de la que hablamos hoy.

Su gesta se vería reconocida en 1876 con una calle en la zona noble de A Coruña. Fue el 6 de octubre de ese año cuando se decidió nombrar como María Pita a la, entonces, plaza del Derribo. Alrededor de ella, estarían los capitanes que estuvieron al frente de la defensa de la ciudad contra la Armada del pirata Drake. Y Troncoso no podía faltar. 

De los coches, a las terrazas

Capitán Troncoso fue la primera calle declarada peatonal en la Ciudad Vieja. Ahora, presenta un tráfico muy residual de vehículos en horario de carga y descarga. Pero no siempre fue así. Parece mentira, pero Troncoso fue una calle de doble sentido de circulación y aparcamiento a ambos lados.

Su peatonalización generó, a finales de los 90, protestas de los vecinos en aquel entonces. Ahora, nadie parece discutir que esta calle de la zona noble está mucho mejor sin coches en sus poco más de 6 metros de ancho.

Hoy en día, lo que hay a uno y otro lado de la calle no son coches, sino terrazas, especialmente en verano. Es entonces cuando los locales de la zona sacan afuera sus mejores armas para captar a los turistas o a los coruñeses que van de tapas.

De esta oferta hostelera puede hablar hasta Woody Allen. El director comió en uno de los locales de esta calle cuando vino a tocar en 2008. Aquí hay opciones para todos los gustos, y bolsillos: desde el prestigio de Pablo Gallego a la ración más tradicional del bar  Malpica. Las ‘cerillas‘ o la tortilla del mesón A Roda son algunas de las especialidades más recordadas entre los coruñeses en esta zona. 

     

 

Fachadas de colores y un ascensor 

En Troncoso hubo una oficina municipal de recaudación, pero ahora solo se viene a pasear, tomar algo o si uno es vecino de la calle. En apariencia, no está nada mal vivir aquí, si quitamos los inconvenientes que puede tener un edificio antiguo. Esta es una calle bonita, con inmuebles de los años 30 y rehabilitaciones integrales de los 2000. Llaman la atención las fachadas adornadas con una gama cromática llamativa y de contrastes.

La mejor forma de verlas es desde arriba. Concretamente, desde General Alesón, en un lateral del Cuartel de Atocha. Y desde 2016 es más fácil hacerlo, porque un ascensor une las dos calles

Tras unas obras complicadas para salvar el desnivel de 10 metros sobre la roca, se inauguró este elevador que evita tener que subir cuestas o sobre todo, escaleras para acceder a la parte alta de la Ciudad Vieja. Incluso los que no lo veían necesario, ahora lo usan a menudo.

Una cascada o una galería de arte 

Así las cosas, Troncoso está un segundo plano, escondida para el que visita María Pita. En 2005, cuando esta calle todavía buscaba su modelo de futuro, los comerciantes de la Ciudad Vieja proponían instalar en ella una cascada artificial e iluminada en las rocas del final de la vía. Aunque el espacio está ocupado por el ascensor, desde ACECA, todavía no renuncian a la recuperación de un manantial. Así lo reconocía el presidente de la entidad, Adolfo López, en esta entrevista: 

 

Otra de sus propuestas es la creación de una galería de arte libre en el pasadizo que hay al final de la calle. Actualmente, la zona está llena de grafitis y en varias ocasiones ha habido protestas por la presencia de jóvenes en la zona y en el hueco del ascensor los fines de semana. 

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