¿Stephen Frears o Xavier Giannoli? ¿Quién rodó el biopic más completo sobre la cantante de ópera Florence Foster Jenkins?
¡Mis queridos palomiteros! Florence Foster Jenkins: Épico biopic de Stephen Frears con Meryl Streep. Hace cuatro años, y de la mano de Tripictures, llegaba a las salas de cine españolas este drama biográfico, dirigido por el laureado director y guionista británico (The Queen, 2006).
No es la primera vez que dos películas de trama similar coinciden en un año, o casi. Así, podemos encontrar cintas como Deep Impact y Armaggedon (1998). O historias que aborden al mismo personaje en el mismo año. Fue el caso de El instante más oscuro (Joe Wright) y Churchill (Jonathan Teplitzky) sobre el político Winston Churchill (2017).
Pero a lo que no estamos acostumbrados es a que esto le ocurra al mismo director un par de veces en su filmografía. En el caso al que hacemos referencia, y tras el estreno de la película francesa Marguerite (Xavier Giannoli), Frears lleva al cine esta otra versión. Las dos cintas están inspiradas en la que, según dicen, fue la peor cantante de ópera que se recuerda (1868-1944).
Florence Foster Jenkins: Épico biopic de Stephen Frears con Meryl Streep
Lo más interesante de esta comedia dramática son los momentos íntimos, el porqué del caso, el motivo de que una mujer así decida lanzarse a perder toda su dignidad. Eso sí, Stephen Frears y el guionista Nicholas Martin -que debuta en la gran pantalla- aciertan a la hora de enfatizar la pasión de Jenkins por la música sin regodeos ni sal gorda. Además, la narración nos deja claro el importantísimo papel de St. Clair Bayfield, el único al que le da igual el dinero que tenga la cantante.
Por su parte, Florence Foster Jenkins disfruta de un buen ritmo, desarrolla el tema con delicadeza, despliega un buen diseño de vestuario, una acertada fotografía en consonancia con la época que retrata y una afinada dirección artística.
Son, pues, todos los ingredientes necesarios para que este gran producto, sujeto a futuras analogías, se vea rematado por la enorme presencia, tanto interpretativa como física, de la camaleónica Meryl Streep y el simpático Hugh Grant.
Una película, en fin, deliciosa, con estilo, reflexiva y liderada por un equipo de actores en estado de gracia que deja un buen recuerdo a su paso por la historia.
Según el obituario del rotativo World-Telegram, de ella se dijo: “era sumamente feliz en su trabajo. Es una pena que tan pocos artistas lo sean. Y la alegría se trasmitía como por arte de magia a los que la escuchaban”. Eso es mucho en los tiempos actuales.