Peligran los playoffs de Lebron James - Con Basket si hay paraíso

Peligran los playoffs de Lebron James

La NBA es la única competición relevante del mundo en la que un equipo que fracasa una temporada puede ser a la siguiente uno de los dominadores de la liga, o por el contrario un equipo que juega por lo máximo un año ser al siguiente un mero comparsa en la liga. Así de drástica, maravillosa o cruel, siempre excitante, es esta competición.

No hay lugar para el aburrimiento, hay que hacer las cosas bien o juegas por nada, puedes pasar de la miseria a la gloria pero también de la gloria a la miseria;  un equipo que no se metió en playoffs la temporada pasada como Denver Nuggets este año uno de los mejores equipos del Oeste, ahora mismo segundo en la conferencia más potente. O un equipo protagonista absoluto de los últimos cuatro años al disputarle el anillo a Golden State Warriors, Cleveland Cavaliers, se ha quedado como un equipo comparsa directo a la reconstrucción, «simplemente» por el hecho de haber perdido a Lebron James. De la misma manera que todo cambió en Cleveland el día en el que el Rey decidió regresar.

Es una competición que prima la igualdad de oportunidades y en la que los equipos más habilidosos en la conquista de jugadores talentosos y construcción de edificios sólidos se convierten en protagonistas. No hay otra competición en la que ocurra esto. En las principales ligas europeas todo el mundo sabe desde un principio qué equipos, a veces dos, tres o cuatro, a veces tan solo dos, (en otras incluso un único sólo existe un candidato), se van a llevar el título. Y ocurre igualmente en baloncesto y en fútbol.

En una liga por lo tanto de tanto cambio, en la que no sorprende el cambio, sí hay algo que deja petrificada la liga, es la posibilidad de que el mejor jugador de los últimos años en la NBA, Lebron James, se quede sin playoffs. Era algo difícil de imaginar, incluso habiendo sido una apuesta arriesgada al púrpura y oro por parte de Lebron. Es un escenario desconocido en los últimos 13 años, que se dice pronto.

Desde 2006 James está jugando un año tras otro los playoffs, y en los últimos ocho años disputando la final. Son palabras mayores. Hablamos de un rendimiento probado en la más alta exigencia del baloncesto mundial. Hablamos de un jugador que ha construido cultura ganadora en todos los equipos en los que ha estado, una veces más apoyado que en otras, unas veces junto a grandes jugadores, otras más solo. El cuarto anillo de Lebron es inexistente, pero fue llevar a los Cavaliers del año pasado a la final de la NBA, un equipo vulgar con algunos jugadores en plena decadencia.

Su apuesta de salir de Cleveland parecía obedecer tanto al cansancio deportivo de haber dado el máximo en un equipo limitado y haber conseguido un anillo y las últimas cuatro finales nada menos, el deseo de iniciar un nuevo desafío en un equipo histórico en el que debían construirle un buen equipo para competir, como a las razones empresariales y estratégicas que convertían su partida hacia Los Ángeles en toda una aventura empresarial. Por un lado Lebron mantiene su permanente búsqueda de la excelencia técnica, táctica y física, con su completo y vanguardista trabajo y mantenimiento para alargar su carrera, en un obsesivo deseo por ser el más grande que le convierte no sólo en perseguidor de Jordan sino en dignísimo sucesor de otra mente obsesiva con la camiseta Laker como fue Kobe Bryant. Por otro lado Lebron tiene mucho que hacer en su propia marca, el proyecto de la película Space Jam 2 es sólo un ejemplo. Empezará a rodarse este verano.

Lebron reina donde reinó Kobe, con las mismas obsesiones por ganar, y la misma frustración cuando el equipo no llegar a instalarse entre los mejores, cuando no atraviesa el muro de la mediocridad. Ya sabía James que este reto le iba a costar, llegaba a un equipo plagado de jóvenes y sin cultura ganadora. Con lo que no contaba Lebron era con el fiasco absoluto en el mercado para darle un vuelco al equipo. James confiaba en la llegada de otro primer espada tanto en verano como ahora en invierno, pero el fichaje frustrado de Davis ha dejado a los Lakers como un equipo golpeado, sin completar la operación deportiva que devuelva a los Lakers al primer nivel aun teniendo a Lebron. Apenas un par de movimientos, como incorporar a un jugador honrado como Bullock para refozar el sistema defensivo, clave para un equipo que quiere vivir de su defensa y del contraataque, otro secundario como Muscala para abrir la cancha y la pérdida de Zubac y Beasley.

La lesión de Lebron dejó al equipo fuera de órbita y ahora en el puesto diez,  la pelea por el playoff se plantea en los veintipico partidos que faltan como una tarea titánica. La dura tarea de James en años pasados fue llegar a la final de la NBA, pero es que ahora es pasar el corte de los mismos playoffs. Una postemporada sin el mejor jugador de la NBA sería algo impactante en el presente ejercicio y sonaría a fracaso mayúsculo en el primer año de James en LA.

Hace unos días, tras perder en Nueva Orleans, ante un equipo  sin Davis, Lebron se negaba a acostumbrarse a la derrota,  se hacía preguntas sobre cómo cambiar esa cultura, y si el baloncesto era lo más importante para todos en el equipo; en un equipo sin apenas jugadores que sepan lo que es llegar lejos en una temporada hay que construir esa cultura ganadora, pero también el perfil de los jugadores debe ser ése . Sólo Rondo, Chandler o McGee saben de lo que está hablando Lebron. Los Lakers tienen talento joven nadie lo duda, pero algo no está funcionando en un equipo que ha combinado buenas actuaciones con caídas estrepitosas, de una irregularidad manifiesta y que no ha encontrado el equilibrio, lo que también pone en evidencia a su entrenador, el ex jugador Laker Luke Walton, a quien seguramente haya debilitado una posible falta de feeling por parte de la nueva oficina de la franquicia, con Magic y el GM Rob Pelinka al frente.

Lebron James tiene experiencia como constructor de equipos, pero para ser verdaderamente competitivos a estos Lakers les falta trabajo defensivo y puntos, sólo Ingram y Kuzma secundan a Lebron. El fiasco de las operaciones en el mercado han dejado a los Lakers al borde del precipicio este año, el sabor del fracaso sin playoffs sería inevitable.
A medio plazo quizá no se vea así, porque un descanso este verano para James después de la increíble acumulación de minutos que lleva en los últimos años (el año pasado jugó los 82 partidos, muchos minutos en cada partido, y llegó hasta la final con series agónicas ante Indiana o Boston) quizá no le iría mal. No es su plan, esto es indudable, y Lebron no concibe otra cosa que disputar los playoffs, pero un fracaso este año puede ser el éxito del futuro, primero con su regeneración física y mental, y después con una posible reconstrucción del equipo este verano.  Los fans de los Lakers no lo conciben por supuesto, esto es un Barcelona o Real Madrid de la NBA, aquí no hay conformismo posible con la derrota.

Por otro lado, unos playoffs de la NBA sin Lebron James tendrían un impacto negativo sin ninguna duda. Querido y odiado, James es un icono, una marca en sí misma que engrandece cada uno de los playoffs disputados a saco un año tras otro, es algo que ni nos imaginamos y que sin embargo, puede ocurrir.

 

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