Chile, entre la institucionalidad y el radicalismo
El nuevo presidente está en la encrucijada de decidir si verdaderamente abandera una nueva izquierda o si se desliza por la pendiente populista
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
El triunfo del candidato del frente de izquierdas, Gabriel Boric, en las elecciones presidenciales de Chile abre varias incógnitas sobre el futuro, no solo de su país, sino de toda Latinoamérica. Desde que comenzara a forjarse en las revueltas estudiantiles Boric ha moderado mucho su discurso, abrazando posiciones socialdemócratas para triunfar en un país que, a priori, no parece dispuesto a aventuras bolivarianas. El nuevo presidente está en la encrucijada de decidir si verdaderamente abandera una nueva izquierda o si se desliza por la pendiente populista de algunos de sus vecinos continentales. En teoría, Boric sólo tendría que ir cumpliendo con lo que ha ido señalando recientemente: que los derechos humanos se deben respetar siempre, en cualquier contexto y sin ninguna excusa; que es necesario cuidar las instituciones; y que el modelo no pueden ser los gobiernos de Nicaragua, Cuba y Venezuela, a los que no ha dudado en criticar.