4ª feria de otoño
Víctor Hernández, oreja y sangre de un torero llamado a grandes cotas
El madrileño corta una oreja y cae herido en un quite al quinto toro. Vuelta al ruedo para Fortes.
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Víctor Hernández salió de Las Ventas aureolado de torero llamado a marcar una época si nada se tuerce y el sistema le respeta. En apenas un toro dejó la impronta de quien posee un poso distinto, un concepto que emociona. Cortó una oreja de peso al tercero de Fuente Ymbro, una oreja muy larga que bien pudieron ser dos y no nos pongamos a comparar ahora. Poco después, el quite por tafalleras al quinto le dejó maltrecho y camino de la enfermería, con la plaza encogida. Madrid reconoció que allí hay un torero llamado a cotas mayores.
Su faena al tercero tuvo el acento de la pureza. El toro, muy 'jandillón' con su estrechez de sienes y sus pitones tocados, se movió con ritmo desde salida. Hernández lo saludó con verónicas de buen compás antes de que Uceda lo dibujara en una media sublime en el quite. El madrileño brindó al padre de José Tomás y arrancó el trasteo con estatuarios de categoría.
Natural de Víctor Hernández al tercer toro de Fuente Ymbro
La faena fue creciendo hasta llegar al momento culminante cuando se echó la muleta a la izquierda: naturales de uno en uno, hondos, citando con pureza y obligando en muletazos de trazo largo que calaron en los tendidos. Cuando la embestida comenzó a acortarse, el torero se quedó en el sitio y firmó naturales a pies juntos de mucho valor. Una estocada entera y una muerte lenta del toro fueron digno colofón a lo visto. La oreja tuvo tanta importancia con verdad la faena de Víctor Hernández .
En el quinto, en plena ejecución de un quite por tafalleras, fue prendido de lleno, quedando sin opción de volver a la arena. La plaza se sobrecogió: del triunfo al drama en apenas minutos. 2026 debe ser el año de la explosión definitiva de un Víctor Hernández que apunta a figura.
Momento de la cornada sufrida por Víctor Hernández este domingo en Las Ventas
Fortes, por su parte, sostuvo su tarde con su habitual firmeza. El segundo, un toro con motor y cuajo, le permitió pasajes de gran nivel por el pitón derecho, tras un inicio rodilla en tierra de gran entrega. El malagueño buscó siempre la intensidad, aunque la faena se fue diluyendo con los cambios de terrenos. Pinchó antes de la estocada y todo quedó en saludos tras aviso.
Con el quinto, tras la grave cogida de Hernández y el ambiente helado, sacó a relucir su fe. Faena de raza frente a un toro grandón, basto y rebañador de Fuente Ymbro, al que metió en la muleta a base de tesón. Una gran estocada rubricó la entrega y le valió la vuelta al ruedo.
En cambio, Uceda Leal no pudo redondear su tarde. A su primero del Puerto, con caja y humillación por la derecha, lo toreó con empaque en el saludo y dejó una primera tanda en redondo plena de sabor y temple. Pero después, el entendimiento no fue el mismo y por el izquierdo la obra decayó y el epílogo resultó atropellado. Se ovacionó con justicia al astado del hierro salmantino tras ser pasaportado de un perfecto volapié al segundo intento.
El cuarto, un Fuente Ymbro geniudo y siempre a la defensiva, apenas le dio opciones más allá de mostrar oficio y una gran estocada. Y al sexto, que tuvo que estoquear por la ausencia de Hernández, lo resolvió con solvencia frente a un toro descompuesto y huidizo. Fue silenciado en ambos.