MADRID - 20ª SAN ISIDRO

Ventura impone su ley entre la mansedumbre en una tarde sin brillo

Mansa corrida de Los Espartales con tres astados que saltaron al callejón. Digna confirmación de Sebastián Fernández.

Sixto Naranjo Sanchidrian

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La plaza de Las Ventas vivió este 31 de mayo una tarde insólita y accidentada en la segunda corrida de rejones de la Feria de San Isidro. El protagonismo, más allá de la lidia, lo acapararon los toros de Los Espartales, que se mostraron en su mayoría mansos y huidizos, con varios ejemplares saltando al callejón y uno de ellos, el sexto, hiriendo de gravedad a un caballo del joven rejoneador Duarte Fernandes. 

Diego Ventura, que arrastra una lesión seria en el pie izquierdo, fue el único que logró pasear una oreja, gracias a una faena de menos a más al primero de su lote, de fea presentación y de embestida deslucida. A pesar de algunos errores con los aceros, Ventura conectó con los tendidos gracias a su espectacularidad sobre caballos como “Nómada” y “Bronce”, con el que volvió a ejecutar un par a dos manos sin cabezal.

Frente al cuarto, sin opción real de premio por la condición del toro, Ventura firmó una labor sincera y de entrega total pero erró con el rejón de muerte y se esfumó la posibilidad de abrir su vigésima puerta grande de Las Ventas.

Alfredo Arévalo / Plaza 1

El sexto de Los Espartales llegó a saltar hasta en tres ocasiones al callejón

El rejoneador granadino Sebastián Fernández, que confirmaba su alternativa, se topó con dos toros que buscaron la huida desde que pisaron el albero. Aun así, su actuación fue meritoria, logrando reconducir la embestida de ambos y dejando pasajes de buen toreo a caballo. Sin embargo, su falta de acierto con el rejón de muerte le privó de trofeos.

Duarte Fernandes fue el que dispuso del único ejemplar bravo de la tarde, el tercero, que galopó con clase y entrega. El portugués aprovechó la oportunidad con un rejoneo directo y ajustado, aunque malogró su obra con el acero. 

Peor suerte tuvo en el sexto, un toro que saltó tres veces al callejón y acabó hiriendo al caballo “Ilusión”, que sufrió una grave cornada con evisceración. Una imagen impactante que ensombreció por completo el final del festejo.