SEMANA SANTA

El toreo y la Madrugá: la huella imborrable de los toreros en las grandes cofradías de Sevilla

La devoción taurina se funde con la fe en la Madrugá sevillana, donde la Esperanza Macarena, la Esperanza de Triana, el Gran Poder y Los Gitanos mantienen lazos históricos con el mundo del toro.

(EPA) EFE

La Esperanza Macarena a la salida de su basílica para iniciar su procesión en la Madrugá

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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La Madrugá de Sevilla, epicentro de la Semana Santa, es mucho más que una manifestación religiosa: es un crisol de historia, arte y tradición donde confluyen la devoción popular y la cultura andaluza. Entre sus protagonistas destacan cuatro hermandades —Esperanza Macarena, Esperanza de Triana, Gran Poder y Los Gitanos—, todas con profundas raíces en el mundo del toreo, un vínculo que ha marcado la identidad y el patrimonio sentimental de la ciudad.

 La Esperanza Macarena y Joselito: un legado de oro y devoción  

La Hermandad de la Esperanza Macarena, una de las más emblemáticas de Sevilla, ha mantenido una estrecha relación con el mundo del toreo desde hace más de un siglo. Esta conexión se manifiesta en la profunda devoción que numerosos toreros profesan a la Virgen de la Esperanza, así como en las contribuciones significativas que han realizado a la hermandad.

José Gómez Ortega, 'Joselito el Gallo', es posiblemente el torero más vinculado a la Hermandad de la Macarena. No solo fue hermano y miembro de su junta de gobierno, sino que también fue un generoso benefactor. Entre sus donaciones destaca el conjunto de "mariquillas", cinco rosas de cristal verde que la Virgen luce en su pecho, simbolizando los Siete Dolores de la Virgen María. Tras su trágica muerte en 1920, la imagen de la Esperanza Macarena se vistió de luto por primera y única vez, en señal de duelo por su devoto.

La tradición de devoción a la Macarena continúa en la actualidad. Toreros como Eduardo Dávila Miura, Pepe Luis Vargas y Juan Ortega han expresado públicamente su veneración por la Virgen, participando en eventos organizados por la hermandad y compartiendo cómo su fe les ha acompañado en su carrera profesional.

(EPA) EFE

Detalle de las 'mariquillas' donadas a la Esperanza por Joselito El Gallo

Además, la hermandad ha recibido diversas donaciones de trajes de luces por parte de toreros, que han sido transformados en ornamentos para la Virgen, como sayas y mantos, enriqueciendo su ajuar y reflejando la fusión entre la tauromaquia y la religiosidad popular.

 Esperanza de Triana: Belmonte, Ordóñez y la pasión torera  

Al otro lado del Guadalquivir, la Hermandad de la Esperanza de Triana, una de las más emblemáticas de Sevilla, mantiene una profunda y arraigada relación con el mundo del toreo. Esta conexión se manifiesta en la devoción personal de numerosos toreros, en sus contribuciones a la cofradía y en su participación activa en la vida de la hermandad.

Juan Belmonte, el "Pasmo de Triana", fue un destacado torero trianero que mostró una especial devoción por la Esperanza de Triana. En 1938, donó un traje de luces que, junto con otro de Pedro Ramírez "Torerito de Triana", fue transformado en una saya para la Virgen. Esta saya fue utilizada durante dieciocho años en la salida procesional de la Madrugada y fue recreada en 2018 por el taller de Caro, el mismo que la confeccionó originalmente.

El maestro rondeño Antonio Ordóñez fue Hermano Mayor de la Esperanza de Triana entre 1973 y 1979. Durante su mandato, la cofradía adquirió la casa adyacente a la Capilla de los Marineros y, en 1979, los pasos salieron por primera vez portados por hermanos costaleros. A su fallecimiento en 1998, su ataúd fue cubierto con un manto de la Virgen, y fue amortajado con la túnica de terciopelo verde y la capa de merino de tantas madrugadas.

Francisco Rivera "Paquirri", yerno de Antonio Ordóñez, también mostró una profunda devoción por la Esperanza de Triana. Llegó a salir en la presidencia del Señor de las Tres Caídas hasta que problemas de salud se lo impidieron. Sus hijos, Francisco Rivera Ordóñez y Cayetano Rivera Ordóñez, han continuado esta tradición. Francisco ha sido miembro de la Junta de Gobierno de la hermandad y ha salido como costalero en el paso de las Tres Caídas. Además, ha utilizado un capote verde con bordados que emulan el manto de salida de la Virgen. Cayetano también ha mostrado su devoción, llevando la imagen de la Esperanza de Triana en uno de sus capotes más queridos.

Sin olvidarnos de un torero del barrio trianero, Emilio Muñoz, otro ejemplo de la conexión entre el toreo y la Esperanza. Ha salido como costalero en el paso del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y es hermano de la cofradía.

 Tradición taurina en el Gran Poder  

Numerosos toreros han sido y son hermanos del Gran Poder, muchos de ellos participando activamente en la estación de penitencia que la hermandad realiza en la Madrugada del Viernes Santo. Figuras legendarias como "El Gordito", "Chicuelo", Luis Fuentes Bejarano o Rafael Ortega Gallito, cuyo cuerpo fue amortajado con la túnica de la hermandad, dan testimonio del respeto y la devoción que el toreo profesa al Señor de Sevilla.

La presencia torera no es solo histórica. Nombres como Tomás Campuzano o Manolo Vázquez, este último incluso miembro de la Junta de Gobierno, han continuado la tradición. Francisco Rivera “Paquirri” llegó a contraer matrimonio ante la imagen del Señor, y Morante de la Puebla, reconocido por su fe, donó un capote de paseo a la Hermandad en 2021

En los pasillos de la casa hermandad, se conservan incluso ofrendas del mundo del toro, como la célebre "Oreja de Oro" que el torero Joaquín Rodríguez “Cagancho” donó tras un triunfo en México, signo visible de una fe que trasciende ruedos y temporadas.

 Curro Romero y su vinculación con Los Gitanos  

En la Madrugada del Viernes Santo, cuando el silencio y la emoción envuelven las calles de Sevilla, la Hermandad de Los Gitanos realiza su estación de penitencia, acompañada por miles de fieles. Entre ellos, destacan figuras del mundo del toreo, cuya devoción hacia Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada se ha mantenido viva a lo largo de los años.

Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta relación es el del maestro Curro Romero, quien no solo es hermano de la cofradía, sino que también ha realizado donaciones significativas, como un traje de luces que fue transformado en una saya para la Virgen.

La Madrugá sevillana, con sus más de 10.000 participantes y miles de fieles en las calles, es el escenario donde se funden la religiosidad y la cultura taurina, perpetuando una relación que trasciende lo religioso para convertirse en seña de identidad de la ciudad.

La huella del toreo en la Madrugá es, en definitiva, la de una Sevilla que no olvida a sus mitos y que cada año, al paso de sus imágenes, recuerda el eco de los ruedos y la fe de los hombres de luces.

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