CÁDIZ

Perera y Talavante triunfan en Sanlúcar ante un buen encierro de El Torero

Germán Vidal 'El Melli' resultó volteado en su primer toro y no pudo salir a lidiar el sexto.

Eva Morales / Espectáculos Carmelo García

Talavante y Perera, a hombros en el coso sanluqueño de El Pino

Redacción Toros

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Con la plaza atenta a la evolución de una terna de marcado acento extremeño, el encierro de El Torero resultó determinante para que se viviera una corrida de altos vuelos. Una tarde de entrega, poso y oficio, donde el temple fue hilo conductor y la emoción se mantuvo latente de principio a fin. 

Abrió la función Miguel Ángel Perera con “Heroico”, un toro que, pese a su justa fuerza, permitió al de Puebla del Prior una faena ligada, presidida por el mando y la suavidad. Por el derecho encontró la mayor entrega del astado, y por ese pitón dejó series templadas y profundas, culminadas con circulares invertidos. Faena medida y compacta, rubricada con una estocada trasera que puso en sus manos las dos primeras orejas de la tarde.

Respondió Alejandro Talavante con “Helipuerto”, un toro que brindó un buen tercio de varas y exigió firmeza. El pacense supo darle siempre la distancia justa, templando con la muleta adelantada para ligar con profundidad. Aunque el acero no estuvo rotundo, el tono alto de la obra le permitió cortar una oreja de peso.

Llegó el turno de El Melli, que dejó un vibrante saludo con el capote y un emocionante quite por gaoneras a “Gaditano”. La faena se encaminaba por una senda templada, sobre todo al natural, cuando una feísima voltereta le obligó a pasar a la enfermería entre gestos de dolor. Perera se encargó de estoquear al toro, con escaso resultado artístico.

En el cuarto, “Gitano”, saltó al ruedo un animal encastado que mantuvo el tono ascendente de la corrida. Talavante tiró de repertorio para comenzar la faena de rodillas, con una docena de muletazos sentidos. A partir de ahí, toreo reunido y hondo, con largura y expresión por ambas manos. Faena rematada con manoletinas y una estocada suficiente. El premio fue doble trofeo para el torero y vuelta al ruedo para el bravo toro de El Torero.

Regresó Perera con “Bochornoso” para cuajar su mejor faena de la tarde. Toreó a pies juntos con suavidad, firmó un quite por chicuelinas y tafalleras, y comenzó con un pase cambiado por la espalda. Su muletazo fue lento, dominador y medido ante un toro exigente. La estocada y el descabello pusieron en sus manos una oreja muy trabajada.

Cerró plaza “Hebreo”, que permitió a Talavante redondear una tarde de gran dimensión. Por el derecho ofreció largura y codicia, y por ese lado el extremeño compuso un trasteo importante, de ajuste, hondura y compromiso. Mató de estocada algo desprendida y paseó otras dos orejas, completando así una tarde de gran poso y verdad.