Luis Miguel Vázquez: "Quiero ser feliz y estar sereno en mi reaparición"

Daimiel vivirá el próximo 30 de agosto una tarde con un sabor muy especial: Luis Miguel Vázquez volverá a vestirse de luces en su tierra, arropado por su gente y con el compromiso de dejarlo todo en el ruedo. La cita, incluida en la Feria y Fiestas en honor a la Virgen de las Cruces, contará con toros de Adolfo Martín, una de las ganaderías más serias del campo bravo, y un cartel de alto interés.

“Torear en Daimiel no es una fecha más, es un reencuentro con la gente que me ha visto crecer, que ha estado en lo bueno y en lo difícil”, afirma el torero, que afronta la cita “con mucha responsabilidad, pero también con el corazón lleno”. Para Vázquez, el vínculo con su público es diferente: “Aquí no solo te ven como torero, también como persona. Saben de dónde vienes, lo que has luchado, lo que te ha costado cada paso. Esa complicidad con el tendido es única”.

La preparación para este compromiso está siendo, asegura, “con la seriedad que merece”. El diestro explica que quiere llegar en plenitud, “centrado, ilusionado y muy motivado” porque “Daimiel se merece un torero entregado”.

Defensor del carácter torista de la plaza, Vázquez recuerda que mantener una corrida de esta categoría “no es un espectáculo más: es defender nuestra manera de entender la vida”. Por eso, subraya, volver en su tierra tenía que ser “con una corrida de máxima exigencia, sin trampa ni cartón”.

En lo personal, el daimieleño reconoce que su trayectoria ha sido un aprendizaje: “Con los años aprendes a convivir con el miedo… hoy tengo un objetivo claro: quiero ser feliz, estar sereno y dejar huella en la gente que me viene a ver”.

El deseo para esa tarde está claro: “Que la gente salga feliz, con el corazón lleno. Que vean a un torero de aquí, con su verdad, con sus defectos y virtudes, pero con la entrega intacta”.