EL ALBERO

Gómez del Pilar se confiesa en COPE: "Noto que la afición de Madrid está conmigo"

El torero madrileño repasó en El Albero su temporada, el reconocimiento por parte de la afición de Madrid y la exigencia del circuito de las corridas duras.

Sixto Naranjo Sanchidrian

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 Noé Gómez del Pilar atraviesa un momento de madurez y serenidad en su carrera. La oreja cortada en San Isidro a un toro de José Escolar y la obtenida en la Corrida Concurso de Las Ventas ante un ejemplar de Rehuelga este pasado domingo confirman su regularidad en plazas de máxima exigencia y ante encastes considerados ‘duros’.  

En El Albero de COPE.es de esta semana, el torero reconoció que, aunque cada triunfo en Madrid es especial, siempre aspira a más: “Una oreja en Madrid sabe a gloria, pero a veces se me queda corta”, confesó, recordando cómo en ambas tardes rozó la Puerta Grande. “Hubo petición mayoritaria y el presidente no la concedió. Cuando pasa eso, toca volver a empezar de cero y mentalizarte en esos pocos minutos para que el segundo toro te acompañe”, explicó. 

Su última actuación en la Monumental este domingo, frente al toro de Rehuelga, dejó uno de los pasajes más intensos de la Corrida Concurso. El torero narró cómo la faena cambió tras una voltereta: “Cuando el toro me echa mano aquello cambia total, ahí la gente entiende lo que estás exponiendo y la faena se relanza”. La emoción de esa entrega, coronada con una gran estocada, le permitió pasear una oreja que supo a premio de temporada.

Gómez del Pilar destacó también la importancia de la lidia en conjunto y de la confianza en su cuadrilla: “Me gusta poner los toros de largo, mis picadores me conocen y saben que buscamos espectáculo desde el primer tercio”, explicó. Una filosofía que, dijo, se reflejaba en el reconocimiento del tendido: “La afición de Madrid está conmigo, se escuchan muchas voces de arriba que te apoyan”.

Al comparar las dos orejas cortadas este año en Madrid, el diestro lo tuvo claro: “Son faenas distintas, pero las dos muy importantes. La de San Isidro fue de base de querer y avasallar, con un toro muy exigente de Escolar, y la de la Concurso me llenó por sentir el apoyo constante de la afición”.

El torero habló también del peso de estar encasillado en un circuito de corridas duras: “Nunca le voy a volver la cara a este tipo de corridas porque son las que me hacen sentirme torero y feliz. Pero tampoco descarto que algún día se compaginen con otros hierros donde también pueda mostrar otra tauromaquia”.

Consciente de que cada tarde es un examen, recordó que su carrera siempre ha estado marcada por la lucha y la superación: “En mi carrera siempre ha sido así, pulso a pulso, equivocándonos y aprendiendo. Ahora, con la madurez, lo vivo de otra manera. El día de la Concurso fui de los más tranquilos de mi vida en Madrid; sentía esa paz interior de saber que el trabajo estaba hecho”.

El balance, en definitiva, es positivo: “Anímicamente estoy que no hay quien me derribe y físicamente casi como nunca”, señaló. Un mensaje de fuerza que subraya el gran momento por el que atraviesa un torero que ha convertido la dureza en su bandera y que espera que “los triunfos de San Isidro y la Corrida Concurso se vean plasmados en las ferias de 2026”.

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