TOROS ALBACETE
Sergio Serrano y José Fernando Molina, a oreja por coleta en la primera de Albacete
Julio César Sánchez
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Julio César Sánchez
Los diestros Sergio Serrano y José Fernando Molina han cortado una oreja cada uno en el festejo con el que se ha iniciado este viernes la feria taurina de Albacete, en el que Cristian Pérez ha dado una vuelta al ruedo con una desigual corrida de Fuente Ymbro.
No pareció resentirse el público en demasía de la caída del cartel de Fernando Adrián a tenor de la ovación que tuvieron que saludar tras romperse el paseíllo los integrantes de la terna, íntegramente albaceteña, por cierto, lo cual se hizo notar por el calor con el que el público trató a los actuantes.
El deslucido primero embistió sin clase, reponiendo y soltando la cara a las telas manejadas por Sergio Serrano, que mostró su disposición recibiéndolo de rodillas en los medios en el ultimo tercio, pero que poco más pudo rascar.
La parsimonia, excesiva a veces, presidió el quehacer de Serrano en el cuarto, un toro medio al que había que encontrarle el sitio para ligar los muletazos, algo que el albaceteño solo acertó a materializar en dos series postreras de derechazos que fueron, sin duda, lo más jaleado y lucido. A sus manos fue una oreja después de matar decorosamente al primer intento.
José Fernando Molina salió a triunfar, y triunfó, sin importarle los secos derrotes que el segundo tiraba por el pitón derecho, ni la escasa entrega inicial por el derecho.
Sin embargo el de Albacete se puso en el sitio donde tienen que embestir o coger, y el de Fuente Ymbro decidió ir tras la muleta que, como golosina, le colocó delante de la cara Molina, ligando a media altura con sorprendente limpieza. Y cuando el toro se paró, se metió sin alharacas entre los astifinos pitones de su oponente, al que cortó una oreja tras despacharlo a la primera.
La dilatada faena de Molina al soso quinto discurrió entre la corrección y cierta frialdad por la carencia de hilván, unas veces debido al gazapeo del toro, otras por la molesta acción del viento, y otras por falta de entendimiento. Lo mejor llegó al natural, aunque sin que el trasteo tomara vuelo.
El primer toque de atención del sustituto Cristian Pérez llegó en un ajustadísimo quite por saltilleras en los medios, que prólogo dos grandes pares de banderillas de David Adalid.
También en los medios inició faena, conectando con los tendidos de nuevo. Pérez no movió las zapatillas cuando el viento hizo flamear la muleta, ni cuando el de Fuente Ymbro embistió recto sin demasiada entrega, estructurando un trasteo meritorio por su escaso oficio aunque gran disposición. Unas bernadinas sirvieron como previo a un pinchazo que le privó de pasear un trofeo, siempre necesario, y más aún en su caso.
El sexto se agrió paulatinamente. Si al inicio de su lidia parecía que por el izquierdo metía la cara aceptablemente, poco a poco la fue soltando y rebañando hasta voltear, sin consecuencias, a Cristian Pérez. Hubo pundonor aunque no brillantez, por lo que el palco no atendió una petición minoritaria impulsada más por el paisanaje que por el lucimiento.
FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de Fuente Ymbro, muy bien presentados. Primero de escasa clase. Segundo manejable por el pitón derecho. Tercero noble y soso. Cuarto manejable. Quinto soso y gazapón. Sexto bronco.
Sergio Serrano, de corinto y oro: pinchazo y entera caída (palmas); estocada corta algo desprendida (oreja).
José Fernando Molina, de azul pavo y oro: estocada desprendida (oreja con petición); pinchazo y entera caída (ovación tras aviso).
Cristian Pérez, de purísima y oro, y que sustituía a Fernando Adrián: pinchazo y estocada (ovación; estocada caída (vuelta al ruedo tras petición).
En cuadrillas, David Adalid saludó tras banderillear al tercero.
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de José Antonio Martínez Uranga y del picador Manuel Mazo, ambos recientemente fallecidos.
La plaza registró algo más de media entrada.