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El mejor Caballero cae herido en tarde de buenos 'pilares'

El diestro Gonzalo Caballero cayó herido de gravedad por su primer toro. Vuelta para Juan del Álamo con una interesenta y variada corrida de El Pilar.

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Comenzó la tarde con el ambiente enrarecido. El tendido 7 sacó pancartas pidiendo la dimisión del presidente Gonzalo de Villa Parro tras el "regalo" del día de San Isidro a Miguel Ángel Perera. Hasta allí acudió la Policía Nacional. La libertad de expresión es sagrada si se hace con respeto, tal y como se realizó en Las Ventas por este sector de aficionados. 

Este ambiente enrarecido impregnó el desarrollo de los primeros tercios del primer toro de El Pilar, un animal que rompió a embestir con nobleza y transmisión en la muleta de Juan del Álamo. El salmantino logró la ligazón en el toreo en redondo, aunque faltase un punto de ajuste en los embroques. Al ponerse al natural, el astado se metió por dentro y cogió de lleno al diestro. Tremenda la voltereta de la que salió KO Del Álamo. Se recompuso como pudo y volvió a la cara del toro para seguir insistiendo en el toreo en redondo. La siguiente tanda aunó temple y la emoción del momento. Se fue con todo tras la de la espada Juan, que dejó una estocada algo desprendida. El toro tuvo aún un último estertor para perseguir al diestro charro camino del burladero que separa los tendidos 6 y 7. Muerte de toro encastado tras un cuerpo a cuerpo que emocionó a los tendidos de Las Ventas. La petición no llegó a mayoritaria. Pero la vuelta al ruedo tuvo el sabor a recompensa cabal por lo realizado.

Otro toro serio pero bien hecho y muy en el tipo del hierro salmantino fue el segundo . Un animal exigente desde el capote tal y como lo comprobó José Garrido. El llevarlo al caballo le arrolló y persiguió hasta tablas. En el peto el toro se arrancó de largo y recargó en la segunda vara. En el tercio de muleta el de El Pilar no regaló ni una embestida, aunque era agradecido al mando que le propuso por momentos el torero pacense. Sobre todo por el pitón derecho. Labor larga que fue perdiendo fuelle. Sonó un aviso antes de montar la espada. Garrido lo liquidó de una buena estocada al segundo envite. 

El tercero lució de nuevo unas líneas perfectas. Corto de manos, con un amplio y generoso cuello y un remate sin excesos. Otro toro que rompió a bueno. Con más clase y ritmo en sus embestidas además. Gonzalo Caballero, lejos de su versión más alocada, se mostró sereno y muy templado durante toda la faena. Siempre bien colocado, corriendo la mano con limpieza y buen trazo por ambos pitones. Sobre todo al natural, donde hubo más reunión en los muletazos. Siempre mantuvieron la tensión y la intensidad toro y torero. Hasta las manoletinas finales. El susto llegó cuando Gonzalo se tiró a matar. El pitón derecho del toro de El Pilar se introdujo por el muslo izquierdo del madrileño. Brutal cómo le levantó los pies del suelo. El torero quedó inmóvil sobre el ruedo antes de ser trasladado hasta la enfermería y que Juan del Álamo lo liquidase de media estocada en buen sitio. Mala suerte para Gonzalo Caballero, que ya no pudo salir ha lidiar el sexto toro.

Pasado el ecuador de la tarde y con el susto aún en el cuerpo, saltó el cuarto. Otro astado con fondo que tuvo nobleza y buen son con su punto mansito. Se dejó mucho en la muleta de Del Álamo, que esta vez firmó un trasteo más irregular, sin terminar de apretar por abajo y de meterse de verdad con el toro. Hubo algún muletazo bien resuelto dentro de un conjunto algo liviano. 

Se ovación de salida la seria estampa del quinto, un colorado ancho de sienes y de ofensivos pitones. Éste de El Pilar fue un animal exigente y complicado que se remontaba cuando no era llevado con mando. Algo que no siempre sucedió en la muleta de un esforzado Garrido, que no terminó de estar a gusto en la cara del toro. No fue la tarde del extremeño, que tampoco lo vio claro con la espada. 

De nuevo prorrumpieron las palmas a batir con la salida del sexto, un amplio colorado ojo de perdiz de impresionante trapío. A Juan del Álamo le tocó su lidia por el percance anterior de Gonzalo Caballero. El salmantino salío más decidido y ya con el capote se lució en un acompasado y templado saludo a la verónica. Fue lo más lucido, porque luego, la nobleza del toro de El Pilar prevaleció sobre otro trasteo intrascendente de Juan del Álamo.

Madrid, martes 21 de mayo de 2019. 8ª de Feria. Algo más de media plaza. (14.666 espectadores según la empresa)

Toros de 

, bien presentados y entipados. Encastado el primero; exigente y de buen pitón derecho el segundo; noble y de buen juego el tercero; un cuarto mansito pero colaborador; complicado por geniudo el quinto; noble el sexto. 

Juan del Álamo, vuelta tras aviso y leve petición, silencio y silencio.

José Garrido, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

Gonzalo Caballero, ovación en el único que mató.

Parte médico de Gonzalo Caballero: "Cornada grave en la cara externa del tercio medio del muslo izquierdo, con una trayectoria ascendente de 25 cms. que produce destrozos en el músculo tensor de la fascia lata, vasto externo e isquiotibiales y alcanza la cara posterior de fémur, contusionando el nervio ciático y alcanzando el isquión. Es intervenido bajo anestesia general en la enfermería de la plaza. Es trasladado al hospital La Fraternidad".