No hay economía ni salud sin investigación, según la industria farmacéutica

Representantes de la industria farmacéutica y de empresas innovadoras españolas han subrayado hoy que la pandemia ha evidenciado que no hay ninguna economía que se sustente si no hay salud y que no hay salud si no hay ciencia e investigación biomédica.

El presidente de Farmaindustria, Juan López-Belmonte, ha subrayado que España tiene el potencial suficiente para convertirse en un país líder en materia de investigación de medicamentos en el mundo.

En ese sentido, ha destacado el papel que ha desempeñado en la movilización global contra la pandemia y que ha sido el primer país de Europa y cuarto del mundo en número de ensayos de potenciales tratamientos contra la covid-19.

López-Belmonte ha inaugurado hoy una ronda de comparecencias ante la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades del Congreso para fijar su posición ante el Pacto de Estado por la Ciencia promovido por el Ministerio y la modificación de la Ley de Ciencia que prepara el departamento que dirige Diana Morant.

En la misma comisión han comparecido hoy el presidente del Foro de Empresas Innovadoras, Luis Fernando Álvarez Gascón, y el investigador del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) Rafael Mayo.

El presidente de Farmaindustria ha resaltado la oportunidad que supone la investigación biomédica para atraer inversión internacional y reforzar la calidad del sistema de salud, y ha observado que en España una tercera parte de la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) se dedica a la salud.

López-Belmonte, consejero delegado de la empresa Rovi, ha señalado que las vacunas contra la covid-19 han demostrado que la colaboración público-privada es la base de los avances biomédicos y ha recalcado la importancia de potenciar la inversión pública en investigación biomédica y de que las empresas farmacéuticas asuman el elevado coste y los riesgos que supone convertir el conocimiento básico en medicamentos eficaces y seguros.

Ha valorado el incremento de la esperanza de vida en todo el mundo y ha observado que el 73 por ciento de ese incremento se debe a los nuevos medicamentos, y que para muchas de las grandes compañías farmacéuticas investigadoras España se sitúa ya como el segundo país del mundo en investigación clínica, sólo por detrás de Estados Unidos.

La investigación biomédica es una inversión y no un gasto, ha aseverado López-Belmonte, y se ha referido en ese sentido a los estudios que señalan que cada euro que se invierte en el ámbito sanitario genera 1,6 euros de valor añadido.

Por su parte, el investigador Rafael Mayo ha incidido en la importancia de la colaboración público-privada para que España deje de ser un país en el que se publica "mucho y bien", pero en el que el conocimiento no se transfiere a la economía, y ha puesto el acento también en la necesidad de reducir la burocracia y los trámites para que los organismos públicos de investigación sean más ágiles, eficientes, flexibles y competitivos.

Rafael Mayo ha lanzado, además, una sugerencia: poner en marcha un "Plan ADO" (como el de apoyo a los deportistas españoles que aspiran a ir a los Juegos Olímpicos) para fomentar la estancia en España de investigadores "de renombre".

El presidente del Foro de Empresas Innovadoras de España, Luis Fernández Álvarez Gascón, ha enfatizado la trascendencia de que la ciencia, la investigación y la innovación sean una prioridad en las políticas de Estado. "Nos jugamos nuestro bienestar", ha dicho.

Álvarez Gascón ha defendido el papel de la ciencia en la actual "encrucijada histórica" y ha señalado que la investigación y la innovación son una "herramienta estratégica" para afrontar muchos de los desafíos a los que se enfrenta la humanidad, entre los que ha citado la crisis mundial a causa de la pandemia o el cambio climático.

Como el resto de comparecientes, ha expresado un respaldo "entusiasta" al Pacto de Estado por la Ciencia que ha impulsado el Ministerio y ha subrayado la importancia de que la I+D quede al margen de los vaivenes y las diferencias políticas y cuente con un marco estable a largo plazo.

Los ponentes han resaltado que la pandemia ha puesto de relieve todas las fortalezas del sistema de ciencia e innovación español, pero también muchas de sus debilidades, y entre éstas han coincidido al apuntar la dificultad para transferir el conocimiento básico desde las universidades y centros de investigación a la industria y la economía.