Tres de cada 4 hogares españoles contribuyen a reciclar medicinas
La cifra ha crecido un 30 por ciento en la última década
Medicamentos acumulados
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Tres de cada 4 hogares españoles reciclan los medicamentos y envases, una práctica que creció un 4 por ciento el año pasado en el que cada ciudadano depositó de media 100 gramos en los puntos habilitados para este reciclaje en las farmacias. Es un gesto positivo tanto para nuestra salud como para la del planeta que se ha aumentado más de un 30 por ciento en la última década en España.
Cada año recogen más de 5.000 toneladas de medicamentos y envases en los puntos SIGRE de las farmacias procedentes de nuestros hogares. La mitad de lo recuperado son medicinas y la otra mitad embalajes.
Independientemente de su principio activo y, por motivos sanitarios, los medicamentos se destruyen y no se pueden reutilizar -ni enviar a países en vías de desarrollo como se hizo en el pasado.
7 de cada 10 envases sí se pueden reciclar
“Los envases más fáciles de reciclar son los que están hechos de un único material, por ejemplo los de cartón o un bote de plástico y los más difíciles son los compuestos, especialmente el blíster, que suelen estar compuestos de aluminio y plástico y son un tipo de envase que se utiliza muchísimo.
En 6 de cada 10 casos son los que envuelven directamente al medicamento, explica a COPE Miguel Vega, al frente de SIGRE, la empresa sin ánimo de lucro que gestiona estos residuos.
En el caso de los envases fabricados con varios materiales, generalmente blíster de aluminio y plástico, se utiliza una técnica que permite recuperar los metales tras incinerar el plástico. Es lo que se conoce como pirolisis: “la parte combustible que es el plástico se quema y el calor que desprende se reutiliza como energía eléctrica y el metal, al no ser combustible, se queda en la ceniza y de las cenizas se recupera ese aluminio, acero... que se pueden reutilizar en la elaboración de nuevos productos, por ejemplo otro envase o una bicicleta”, explica Vega.
Casi todo se aprovecha y limitamos riesgos
El 30 por ciento de envases que no se pueden reciclar y también todos los medicamentos también se incineran y con ellos se produce energía alternativa a los combustibles fósiles limitando el impacto medioambiental.
El gesto de llevar las medicinas que ya han caducado, están en mal estado o que ya no necesitamos junto con sus envases también evita que al tirarlos a la basura o por el desagüe acaben contaminando los ríos o los suelos además de eliminar el riesgo para la salud de consumir fármacos sobrantes o caducados.
“Yo eso es algo que nunca hago, nunca tiro los medicamentos en el cuarto de baño o en los contenedores, sino que lo llevo a la farmacia porque me parece que si los tiras o los guardas estás contaminando. Me gusta pensar que contribuyo a que se puedan reciclar”, señala Isabel Díez de 62 años.
En 2024 el reciclaje de envases y medicamentos aumentó un 4,3 por ciento en España con respecto a 2023. Se recogieron algo más de 105 gramos de estos residuos en los puntos SIGRE a disposición de los ciudadanos en más de 22.150 farmacias de todo el país.
Medicamentos
El mejor residuo es el que no se produce
La colaboración ciudadana es esencial para alcanzar elevadas tasas de reciclaje de medicamentos, pero no puede olvidarse que el mejor residuo es aquel que no se produce. A esta tarea contribuye el esfuerzo realizado por la industria farmacéutica para minimizar el impacto ambiental de los envases, logrando que cada vez sean más sostenibles y reciclables.
Desde el año 2000, las compañías farmacéuticas han implementado más de 3.500 iniciativas de ecodiseño sobre sus envases. Cada año se ponen en el mercado español cerca de 500 millones de fármacos (uno de cada tres) con alguna mejora medioambiental en su envase, lo que ha permitido reducir su peso medio en más de un 25 % y ha facilitado que a día de hoy se recicle el 67,4 % de los materiales de los envases recogidos (papel, cartón, vidrio, plásticos y metales).
“Los envases de medicamentos que se usan hoy son 25 por ciento más ligeros que los de hace 25 años. Además se incorporan materiales reciclables y se evitan los compuestos que son más difíciles de reutilizar”, explica Vega.
Consideran desde SIGRE que cada 6 meses deberíamos revisar en casa el botiquín para desprendernos de las medicinas que ya no necesitamos: “una forma sencilla y eficaz de cuidar el planeta y nuestra propia salud”, subraya su director general.