El regreso del tráfico urbano: trucos para gastar menos combustible en la vuelta al trabajo
Las carreteras, más despejadas durante el verano, recuperan su pulso habitual, lo que se traduce en el regreso de un viejo conocido: el atasco
Una imagen de un atasco en Madrid
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Septiembre llega y, con él, la vuelta a la rutina para millones de ciudadanos. Las carreteras, más despejadas durante el verano, recuperan su pulso habitual, lo que se traduce en el regreso de un viejo conocido: el atasco.
Este fenómeno no solo consume tiempo y paciencia, sino que dispara el consumo de combustible de los vehículos, generando un impacto directo en la economía familiar. Sin embargo, existen estrategias y hábitos que cualquier conductor puede adoptar para mitigar este gasto, y muchos de ellos comienzan incluso antes de arrancar el motor.
Planificación y repostaje inteligente
Antes de enfrentarse al tráfico, la primera decisión estratégica se toma al elegir dónde y cuándo repostar. Las estaciones de servicio situadas en el centro de las ciudades o en las grandes arterias suelen tener precios más elevados por conveniencia. Una estrategia eficaz es buscar gasolineras en la ruta de vuelta a casa, en zonas más periféricas o polígonos industriales, donde los precios suelen ser más competitivos.
Además, es fundamental aprovechar los programas de fidelización. Muchas gasolineras ofrecen descuentos y promociones que, aplicados de forma constante, suponen un ahorro directo a final de mes. Una buena estación de servicio no solo ofrecerá un mejor precio, sino también servicios útiles como el inflado de neumáticos, un punto clave que abordaremos más adelante.
La anticipación, su mejor aliado al volante
Una vez en ruta, el estilo de conducción es el factor que más influye en el consumo urbano. En un entorno de paradas y arranques constantes, la suavidad es clave. Evitar acelerones bruscos para ganar unos metros y frenar en el último momento es una práctica ineficiente que malgasta combustible. La clave es la anticipación: levantar el pie del acelerador con antelación al ver un semáforo en rojo o una retención permite que el coche avance por inercia, con un consumo nulo en la mayoría de los vehículos modernos. Del mismo modo, utilizar el sistema Start-Stop, si se dispone de él, es fundamental para no consumir en las paradas prolongadas.
El vehículo, a punto para la ciudad
Finalmente, un coche en óptimas condiciones consume menos. Es recomendable realizar una revisión básica antes de sumergirse de lleno en la rutina. El elemento más crítico es la presión de los neumáticos; unas ruedas con una presión inferior a la recomendada aumentan la resistencia a la rodadura y, por tanto, el esfuerzo del motor. Es un gesto sencillo que se puede realizar en cualquier estación de servicio. Asimismo, es el momento de aligerar el coche del peso extra acumulado durante las vacaciones (sillas de playa, equipaje, etc.), ya que cada kilo de más se traduce en un mayor gasto de combustible.
En definitiva, el regreso a la rutina no tiene por qué suponer un golpe tan duro para el bolsillo. La batalla contra el gasto de combustible se libra en varios frentes, comenzando por una elección inteligente de las gasolineras y continuando con una conducción suave y un mantenimiento adecuado del vehículo. Adoptar estos hábitos no solo reduce el gasto, sino que contribuye a una conducción más segura y sostenible en el congestionado entorno urbano.