Micoorganismos que pueden enfermarnos en casa: cambia el estropajo cada semana

Los expertos han clasificado los 10 objetos que utilizamos en el día a día más peligrosos 

Redacción digitalSefi García

Madrid - Publicado el

7 min lectura

Vivimos rodeados de bacterias. La mayoría son inofensivas e incluso beneficiosas para nuestro cuerpo, pero otras pueden pasar una factura muy alta a nuestra salud. Las tenemos al lado. Los especialistas han clasificado los 10 objetos cotidianos más peligrosos en este sentido, desde un estropajo en la cocina, hasta los cosméticos…pasando por los juguetes de nuestras mascotas.

Una gran numero de las partículas que forman el polvo de nuestro hogares son células de descamación de nuestra piel que continuamente estamos renovando y por lo tanto soltando pequeñas escamas microscópicas que están cargadas de estafilococos, de microorganismos que son nuestros. 

Con ellos convivimos. No tienen, en principio, ningún problema. Pero hay zonas concretas, objetos concretos con los que tenemos que tener un cuidado especial, y que nos obligan a intensificar la limpieza. Vamos a desgranarlos.

ESTROPAJOS Y TABLAS DE CORTAR

La concina es un hábitat ideal para la proliferación de bacterias y hongos. Si sumamos la humedad con los nutrientes, creamos el caldo de cultivo perfecto para que proliferen, especialmente en objetos determinados. El estropajo, los trapos de limpiar, pueden llegar a tener varios millones de bacterias pasadas dos semanas.

Están mojados generalmente y al utilizarlos para limpiar los cacharros acumulan restos de comida. El microbiólogo, profesor de la Universidad Complutense Víctor Jiménez Cid explica que estas bacterias no tienen que ser peligrosas “pero puede dar malos olores y además son bacterias que normalmente si tienes una pequeña herida o una pequeña lesión en la piel, pues sí que podrían causar cierto tipo de infecciones, simplemente porque están en muchísima cantidad. Entonces, lo que recomendamos es enjuagarlo, dejarlo secar, el estropajo igual, por ejemplo, con los Paños de cocina, dejarlos secar y mantenerlos limpios, lavarlos con frecuencia y el estropajo se recomienda cambiar cada semana, pero si hay un uso, digamos, como te digo, que no permite que mantenga mucha humedad, pues tampoco es necesario”.

Otro utensilio polémicos es la tabla que utilizamos parea cortar los alimentos, en especial por lo que se conoce como contaminación cruzada, es decir, cuando microorganismos, como bacterias, se transfieren de un alimento o superficie contaminada a otro alimento o superficie, causando que este último se contamine también. 

“Si pudiéramos ver las huellas del cuchillo en las tablas a nivel microscópico, -explica el microbiólogo- pues serían como unas trincheras enormes en las que es muy difícil eliminar los microorganismos que estén ahí y luego pueden participar en estos fenómenos de transmisión de bacterias por contaminación cruzada”. Ocurre cuando cortamos carne cruda, en especial de pollo o huevos, porque las bacterias que tiene el animal pueden transferirse a las personas.

El cocinado de estos alimentos elimina el riesgo porque las mata, y también una buena limpieza e intentar eliminar la humedad aunque “hay bacterias que son relativamente resistentes al detergente, a los detergentes que utilizamos”. Una buena opción es el vinagre para limpiar, o cualquier desinfectante.

Las tablas, mejor de plástico, aconseja el experto, porque retienen menos la humedad. Pero las de madera “si se lavan bien y se dejan secar realmente no suponen tampoco ningún peligro, igual que cualquier superficie en la cocina o cualquier utensilio”.

EL CORTAUÑAS Y LOS OBJETOS

También la humedad ayuda a las bacterias a proliferar en los baños, ahí,“ los microorganismos que vamos a encontrar ahí proceden de nosotros, es decir, habitualmente son parte de nuestra microbiota, pues de la piel,  de zonas húmedas como pueden ser las zonas más húmedas de la piel, las axilas, en fin, ahí tenemos una microbiota muy rica. A ver, ahí podemos encontrar microorganismos que no necesariamente tienen por qué ser patógenos,  pero que, como siempre, igual que se nos infecta una herida,  en un momento dado pueden causar una infección de un padrastro”.

Un cortauñas puede provocarnos el síndrome de la uña verde, según algunos estudios, e una infección bacteriana causada principalmente por la bacteria Pseudomonas aeruginosa.

“Han hecho un estudio-señala Jiménez Cid- y han visto que había contaminación en concreto con un grupo de bacterias  que llaman enterobacterias, Escherichia coli,  que proceden del intestino y que, por tanto, son indicadores de contaminación fecal. A ver, es muy normal que estas bacterias existan en pequeña proporción en el cuarto de baño  porque muchas veces están en aerosoles que se producen después de utilizar el inodoro.  Por eso se aconseja siempre tirar de la cadena con la tapa del inodoro cerrada (6:08) porque si no se pueden crear aerosoles que contienen bacterias de origen fecal  y esos aerosoles luego se depositan sobre las superficies y los objetos”.

También podemos encontrar hongos que pueden provocarnos pie de atleta. Pero el micorbiólogo asegura que aunque las hay, no suelen ser especialmente peligrosas, son en la mayoría de los casos “infecciones leves sí, pero no es nada de lo que haya que preocuparse y además el baño se limpia con desinfectantes de manera más regular que la cocina,  con lo cual en general, cuando se han hecho estudios,  se encuentran menos microorganismos en los baños que en las cocinas”.

MÓVILES Y MANDOS A DISTANCIA

Son un clásico. “Son objetos que tocamos mucho y tocamos muchas personas indiscriminadamente  y, además, no se desinfectan a menudo, son los que están más implicados en la transmisión de microorganismos por contacto indirecto”.  La mayoría de los micoorganismos que vamos a encontrar proceden de la piel, pero también de los que provocan enfermedades respiratorias que transferimos cuando tenemos una infección, estornudamos, nos tapamos la boca con las manos, frotamos los ojos o la nariz, y luego los tocamos. “¿Puede haber microorganismos de origen fecal? –se pregunta el microbiólogo-Puede haberlos, pero yo creo que si te lavas las manos después de ir al baño  y ese tipo de cosas,  es más raro que haya microorganismos de origen fecal  a que haya microorganismos de mucosas respiratorias o, sobre todo, de la piel.  No es imposible,  depende del nivel de higiene que tiene cada uno en su casa, es distinto fuera de casa que en su casa,  pero, bueno, es más raro”.

hygyetes t nabtutas de nuestras mascotas

Convivimos con ellas y hay enfermedades zoonoticas que se transmiten a las personas y viceversa, nosotros podemos contagiarles a ellos. Forman perte del nucleo familias y “ hay estudios en los que se ha visto que la microbiota de los dueños  y la de los perros pues tiene microorganismos comunes  desde un punto de vista prácticamente clonal”. Compartimos microorganismos con quienes convivimos, sean personas o sean animales y “los objetos que muerden, están en contacto con la saliva si se mantienen húmedos  esos microorganismos pueden proliferar en el tejido del juguete o en la superficie del juguete  y bueno, pues pueden tener un elevado número de bacterias  que podemos considerar contaminantes”.

Toallas, sábanas, no se deben compartir. Igual “un juguete de un perro que tú manipulas pues puede transmitirte bacterias que están ahí.  No necesariamente tienen que ser peligrosas  si tu perro no está enfermo  o está enfermo con algún microorganismo  que es la inmensa mayoría que no es patógeno para el ser humano es un patógeno canino no te causará ningún problema”. Los juguetes, las toallas, su mantita…deben estar limpios y secos para evitar que esas bacterias te dañen”.

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Una cosa es tu casa, tu hábitat natural, donde convives con tu propias colonias, donde sabes donde limpias, y otra es salir a un hotel o a un apartamento en vacaciones. Normalmente las toallas y las sábanas están perfectamente higienizadas, pero hay zonas donde la higiene no se extrema tanto. “Eso es lo que toca todo el mundo con las manos sucias, después de toser, después de estornudar  y ahí es donde se puede producir un contagio de manera indirecta por parte de una persona enferma  una persona sana”. El gel hidroalcoholico es una excelente idea en estos casos, sobre todo para la persona que siente síntomas de enfermedad.

VECTORES INCONSCIENTES

Victor Jiménez Cid nos cuenta que en microbiología se hacen experimentos para determinar hasta que punto llegan nuestros microorganismos. Consiste en poner en un interruptor, por ejemplo, un líquido invisible que luego puede detectarse aplicando una luz ultravioleta “es increíble, después de un día,  dónde aparece esa sustancia.  Por todas las personas que han tocado ese picaporte, no solo en sus manos, sino en todo lo que han tocado, teclados de ordenadores, todo tipo de objetos,  bolígrafos, el móvil, por supuesto, etcétera.  Es decir, que inconscientemente  actuamos como vectores pasivos de microorganismos  más de lo que creemos”.

La limpieza es el único arma que tenemos para controlar la proliferación de bacterias y hongos que pueden aparecer en objetos cotidianos, pero nos explica el microbiólogo que tampoco hay que pasarse “ porque ya sabes que está esta hipótesis  que dice que un exceso de limpieza va en contra  y un exceso también de química,  que es lo que hay en los desinfectantes y en los objetos de limpieza,  los productos de la industria química,  pues al final puede ser contraproducente a la hora de entrenar a nuestro sistema inmunitario  y que puede estar detrás de muchas de las,  de la alta prevalencia de alergias y demás que tenemos ahora.  Así que nosotros desde la Sociedad Española de Microbiología  pues siempre recomendamos higiene y limpieza  pero no una desinfección total  porque en el fondo son microorganismos con los que convivimos”.