Las aulas en España más indisciplinadas que las de la OCDE

Hay más ruido e interrupciones, según refleja el informe TALIS

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La indisciplina en el aula es citada como problema por casi un tercio de los profesores españoles

Carmen Labayen

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La indisciplina en el aula es citada como problema por casi un tercio de los profesores españoles frente a 2 de cada 10 docentes en los países desarrollados. En nuestras clases hay más ruido, más desorden, más interrupciones y los alumnos tardan más en ponerse a trabajar. Es uno de los aspectos que recoge el último Estudio Internacional de la Enseñanza y el Aprendizaje TALIS 2024 que hoy ha hecho público la OCDE y que también refleja una tendencia creciente-tanto en primaria como en secundaria- a que los profesores tengan experiencia previa en otros sectores profesionales.

Nuestros docentes son de los más satisfechos con su trabajo de la OCDE y de la UE. Valoran, según refleja este informe internacional, su autonomía para dar clases pero denuncian que su carga administrativa ha ido en aumento desde 2018 y se sienten menos acompañados que la media de la OCDE en el inicio de su carrera y menos escuchados a la hora de diseñar currículos o la oferta de cursos en su centro.

El número de profesores que enseña en colegios donde más del 10 por ciento de los alumnos tiene necesidades especiales ha aumentado 17 puntos con respecto a 2018. Desde entonces también se ha multiplicado por 26 el número de docentes en colegios con alumnos refugiados. Otras de las conclusiones de este estudio elaborado en 2024 y en el que han participado 1013 centros educativos, 507 de secundaria y 506 de primaria.

Nuestros docentes tienen, de media, 45 años, en línea con la OCDE. El 35 por ciento tiene 50 o más años frente al 37 por ciento en la OCDE y el 8 por ciento tienen menos de 30 años frente al 10 por ciento de media en la OCDE. El 62 por ciento del profesorado de secundaria es mujer frente al 70 por ciento de la OCDE y en primaria asciende al 76 por ciento en nuestro país.

 Cada vez con mayor experiencia en otros sectores  

3 de cada 4 profesores en España tienen experiencia profesional en otros sectores, casi 20 puntos más que la media de la OCDE que se sitúa en el 57 por ciento. El 32,7 por ciento de los profesores de secundaria tiene una experiencia profesional previa de entre 6 y 20 años, casi 5 puntos más que en 2018 y por encima de la media de la OCDE que se situó en el 24,1 por ciento. Una tendencia al alza también en primaria donde alcanza el 26,5 por ciento de los docentes, 2 puntos más que en 2018.

La indisciplina en el aula más acuciante en España que en la OCDE

La indisciplina aparece de forma más recurrente como problema en las aulas españolas que en las de la OCDE, prueba de ello es que casi un tercio de los profesores españoles da cuenta de ruido y el desorden en el aula frente a 2 de cada 10 docentes en los países desarrollados. El 21 por ciento de los profesores de secundaria aseguran que pierden tiempo en clase por las interrupciones, 3 puntos más de media que la OCDE y 2 puntos más que la media de la UE.

Otra muestra de las mayores dificultades que experimentan los docentes españoles para mantener el orden y un clima de concentración en el aula es el hecho de que el 25 por ciento de los profesores de secundaria digan que muchos alumnos no se ponen a trabajar hasta mucho después de empezar las clases, frente al 16 por ciento de media en la OCDE y el 15 por ciento de media en la UE.

Los nuevos docentes menos acompañados en el inicio de su carrera

Solo el 15 por ciento de los profesores de secundaria y el 9 por ciento de los maestros tiene un mentor, es decir, otro docente que le acompaña en el inicio de su carrera para ayudarles a mejorar. En la OCDE son al menos 1 de cada 4 los docentes que sí tienen este apoyo que, según explica en COPE el experto en educación, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos  y colaborador de FUNCAS , Ismael Sanz, ha demostrado mejorar sustancialmente los resultados de los alumnos.

“Que observen tus clases, que te digan como mejorar, que tú también puedas observar, que te digan concretamente cómo piensan que puedes optimizar las tareas administrativas pendientes o gestionar a alumnos disruptivos en el aula o cualquier otra situación que puede ir surgiendo es algo muy positivo y este tipo de programas se utilizan poco en España”, subraya Sanz.

 Amplias tasas de satisfacción en el profesorado española  

Nuestros profesores son de los más satisfechos con su trabajo de la OCDE. El 95 por ciento de los profesores de secundaria asegura estar satisfecho frente al 89 por ciento del promedio de la OCDE y del 90 por ciento de la UE. En el caso de primaria encabezamos el ranking internacional con un 97 por ciento de profesores satisfechos casi 10 puntos por encima de la media de la OCDE.

Estos altos niveles de satisfacción se corresponden también con una menor intención que otros profesionales de los países desarrollados de abandonar la profesión docente. En España solo el 19 por ciento de los docentes de secundaria se plantea dejar la enseñanza frente al 27 por ciento de media de la OCDE y del 24 por ciento de la media de la UE.

Y entre los profesores menores de 30 años la fidelidad a la docencia es aún mayor: solo el 4 por ciento de los docentes de secundaria tienen intención de dejarlo en los próximos 5 años. Un porcentaje que cae al 1 por ciento en los maestros y que contrasta con el 20 por ciento de media en la OCDE y el 15 por ciento de media en la UE.

7 de cada 10 profesores en España están satisfechos con los términos de su contrato y el 54 por ciento con su sueldo frente al 39 por ciento de media en la OCDE.

Además el 90 por ciento del profesorado español afirma que su relación con el equipo directivo es buena, frente al 86 por ciento de la OCDE y el 65 por ciento considera que las familias valoran positivamente su trabajo, en línea con el promedio de los países desarrollados. Respecto a su relación con el alumnado el 94 por ciento de los profesores las considera positivas, ligeramente por debajo de la OCDE (96 por ciento).

A pesar de todo ello, solo el 16 por ciento del profesorado está de acuerdo o muy de acuerdo en que los docentes están bien valorados socialmente frente al 22 por ciento de media en la OCDE y un porcentaje que no ha variado con respecto a 2018.

 Se sienten autónomos pero no escuchados  

Los docentes en España sienten que tienen autonomía en el aula para elegir cómo quieren dar sus clases y con qué materiales y herramientas pero no tienen la misma percepción sobre el grado de escucha que se les presta a la hora de elaborar los currículos o de elegir los cursos que se imparten en su centro docente.

“El hecho de que los profesores aseguren que se tienen poca capacidad de influencia en la política educativa hace que las reformas sean más difíciles de implantar porque demuestra que se imponen de arriba a abajo y no al revés, para que algo funcione es esencial contar con la participación del profesorado”, subraya Sanz.

Además consideran que su carga administrativa ha ido a más con respecto a 2018 y se consideran menos preparados para acompañar social y emocionalmente a los alumnos en comparación con sus colegas europeos. Solo el 67 por ciento se siente bastante o muy preparado frente al 73 por ciento de la OCDE.

España en línea con la OCDE en uso de la IA

El 35 por ciento de los profesores admiten recurrir a la Inteligencia Artificial (IA) en línea con la media de la OCDE. Y de ellos el 69 por ciento la utilizan para diseñar clases y actividades.

El 6 por ciento del profesorado español hace al menos una vez por semana una clase híbrida u online frente al 16 por ciento de media de la OCDE.

 ¿Cómo podemos mejorar a tenor de las conclusiones de TALIS?  

A juicio de Sanz, 3 son las principales áreas de mejora que refleja este informe para nuestro país:

-Aligerar y digitalizar la carga administrativa de los profesores para que puedan dedicar más tiempo a las claes.

-Aumentar los programas de mentoring o de retroalimentación entre profesores, especialmente, en el inicio de la carrera docente porque es una política de alto rendimiento.

-Escuchar al profesorado para mejorar su implicación en la implantación de las políticas y leyes educativas.