La música como motor del turismo en España

Los festivales se consolidan como motor económico y España se convierte en destino clave para las giras internacionales

Iñigo Jodra

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España es el noveno país del mundo con más artistas: casi 90.000. Enrique Iglesias, Rosalía y Rels B son los 3 músicos españoles más escuchados en el extranjero.   

La música en vivo en nuestro país atraviesa su mejor momento histórico. Durante 2024, los conciertos y festivales superaron los 5 millones de asistentes y alcanzaron por primera vez una facturación récord de 725 millones de euros, un 25,3 % más que el año anterior.

Además, el impacto de los conciertos se extiende mucho más allá de los escenarios. En 2024, el turismo asociado a la música dejó en España casi 2.000 millones de euros. El 15 % del público que asistió a grandes festivales y giras fue internacional, consolidando a nuestro país como un referente global de la música en directo. Son datos del informe 'Estado del sector musical en España 2024', publicado por el Instituto de Música.

Este crecimiento del sector también se traduce en empleo, con la generación de más de 30.000 puestos directos.

Turismo y música: un binomio cada vez más rentable

España se ha convertido en uno de los principales destinos de turismo musical del mundo. Los festivales y las grandes giras no solo atraen a visitantes locales, sino también a miles de viajeros que organizan sus vacaciones en torno a estos eventos. 

El 15% de los asistentes vienen de otros país; mientras que un 35% son españoles de otras ciudades o provincias. Es decir, la mitad de los asistentes a los grandes eventos son visitantes de otros lugares.

Los festivales Primavera Sound y Sónar son el ejemplo más claro del fenómeno global. El primero reunió a asistentes de 134 países, mientras que el segundo batió su récord histórico con 154.000 personas procedentes de 90 países.

Es un hecho que afecta de manera directa al sector turístico, como explica el profesor e investigador del OBS Business School y director de la Fundación Civismo, Albert Guivernau: "Lo que nos encontramos es un fenómeno recíproco. Hay personas que vienen a nuestro país y aprovechan para visitar alguno de los espectáculos; y hay otras que vienen expresamente a los festivales y aprovechan para hacer turismo en nuestro país".

El atractivo climático, la amplia oferta cultural y la buena conectividad han hecho que España combine como pocos destinos ocio, cultura y vacaciones, convirtiéndose en parada obligada dentro de los circuitos internacionales.

EFE

Festival Río Babel de Madrid

Récord de facturación y expansión territorial

El de la música en vivo es uno de los sectores culturales que más ha crecido tras la pandemia. 2024 fue un año récord en facturación. Superamos por primera vez los 725 millones de euros, un 25,3% más que el año anterior: "2019 fue un año récord, se redujo por la pandemia y, después, se ha ido recuperando y ha crecido notablemente. Podríamos decir que la música en vivo ha seguido en 2024 y 2025 la tendencia que no debería haber perdido en 2020", apunta Guivernau. 

La industria no solo factura más, sino que cada vez reparte mejor su impacto económico entre todos los territorios: "Inicialmente estaba muy concentrado en grandes ciudades, y ahora encontramos municipios que acogen festivales muy importantes. La costa del Mediterráneo está creciendo especialmente en número de eventos", señala Guivernau.

España, destino de grandes giras internacionales

El año 2024 confirmó a España como una parada estratégica en las giras globales de los artistas más importantes del mundo. Bruce Springsteen, Karol G o Taylor Swift eligieron nuestro país como parte de sus tours, reuniendo a cientos de miles de fans y consagrando a ciudades como Madrid y Barcelona como epicentros internacionales de la música. 

El talento, el clima o el crecimiento del sector son algunos de los factores por los que tanto los fans como las grandes estrellas internacionales eligen nuestro país: "España es un referente internacional por varios motivos: tenemos un clima inmejorable, cada vez hay más profesionales, y, además, en términos competitivos, somos mucho más atractivos que otros países del norte para combinar turismo y música en vivo", indica Guivernau.

Pero no solo los artistas extranjeros llenan estadios. Las grandes giras nacionales también impulsan con fuerza el sector. Con giras de despedida, como Sabina o Serrat, o de reencuentro, como La Oreja de Van Gogh o El Último de la Fila, estos artistas consiguen conectar con varias generaciones.

EFE

Taylor Swift durante un concierto en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid

Retos del sector

Pese al crecimiento, los profesionales advierten de que el sector está alcanzando un punto de saturación: "No hay suficiente personal para poder incrementar el número de eventos o de días de los eventos. Además, también hay escasez de espacios que cumplan todas las normativas para poder desarrollarlos", explica el director de la Fundación Civismo 

La falta de infraestructuras adecuadas y la escasez de técnicos especializados limitan la posibilidad de seguir creciendo al ritmo actual. Por eso, el sector apuesta por la tecnología y la sostenibilidad como las grandes aliadas para el futuro: "Se están haciendo apuestas para garantizar los recursos de energía necesarios para desarrollar este tipo de eventos de una forma sostenible. También se está desarrollando tecnología para garantizar la experiencia de los usuarios tanto antes como después del concierto", apunta Guivernau.

Las innovaciones tecnológicas están transformando desde la gestión de entradas hasta la experiencia del público. Pero también se busca evitar frustraciones en la compra de tickets, tras un año en el que varios promotores sufrieron problemas logísticos o incluso quiebras: “A día de hoy hay muchos elementos de frustración entre los espectadores porque el proceso de compra no siempre es transparente. El sector trata de ofrecer una experiencia mucho más rica y envolvente con el antes, el durante y el después”, señala Guivernau.

un futuro que suena a éxito

El crecimiento de la música en vivo en España no muestra signos de desaceleración. Los festivales son cada vez más internacionales, los artistas españoles multiplican su alcance y el turismo musical se ha convertido en una pieza clave de la economía cultural.

El reto ahora pasa por mantener el equilibrio entre expansión y sostenibilidad, garantizando que el espectáculo siga creciendo sin perder el ritmo.