CÁNCER SECUELAS

Tuve cáncer y ahora, ¿qué?

Esther Gómez

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 3' Actualizado 12:23

Esther Gómez

Tuve cáncer y ahora, ¿qué? La batalla de las más de 45.000 mujeres a las que cada año se diagnostica en España algún tipo de cáncer ginecológico no termina cuando tocan la campana en el hospital, y lidiar con sus secuelas es "el precio" que muchas pacientes han de pagar para seguir adelante.

Quienes se han sometido a una cirugía agresiva como pueden ser las de los tumores de ovario, mama o útero, sobre todo en fases avanzadas, tienen una serie de secuelas que son relativamente importantes, explica a EFE la jefa del Servicio de Obstetricia, Ginecología y Unidad de Mama del Hospital Quirón Marbella, Isabel Blanco.

El caso concreto de la patología ovárica, sin síntomas en su inicio, supone un reto tanto para el diagnóstico como para el tratamiento, que en la mayoría de los casos requiere, además de intervención quirúrgica, de quimioterapia y radioterapia, subraya.

Los profesionales médicos deben estar disponibles para ayudarlas no sólo cuando la enfermedad está activa, sino también en el momento en el que superan el cáncer para que su recuperación sea completa, recalca la doctora Blanco.

Entre los efectos secundarios más conocidos están la propia cirugía y la caída del pelo, pero no son los únicos -precisa- y esto requiere de un abordaje multidisciplinar para lo que es necesario contar, entre otros, con ginecólogos, oncólogos, psicólogos y hasta con sexólogos.

MENOPAUSIA PRECOZ, ATROFIA Y SEQUEDAD VAGINAL

Otro de los problemas que afecta a la calidad de vida de la superviviente y que aparece asociado a algunos tipos de tratamientos del cáncer ginecológico es la menopausia precoz y todo lo que ello conlleva como la atrofia o la sequedad vaginal, explica.

Nos encontramos, incluso, con pacientes que no pueden volver a tener relaciones con sus parejas porque esa atrofia tan intensa y tan de golpe las incapacita en su vida sexual y afectiva, detalla, y esto les provoca estrés y ansiedad, les condiciona su día a día y les afecta a la salud psicológica.

Muchas de estas mujeres tienen que reencontrar su sexualidad porque su vida y su estado físico han cambiado completamente, pero hay salida y tratamientos muy eficaces, destaca la doctora, y envía así un mensaje de esperanza a quienes se encuentran en esta situación.

Esta es, quizás, una de las secuelas más desconocida, probablemente porque el sexo sigue siendo tabú y uno no habla con los compañeros de trabajo o en una reunión familiar de su vida sexual, comenta a EFE Charo Cortés, a quien diagnosticaron cáncer de mama cuando tenía 32 años.

UN LINFEDEMA INCAPACITANTE

Este no es su caso -tuvo suerte al conservar las dos mamas, apunta- aunque tiene su propia secuela en forma de un incapacitante linfedema crónico en el pecho afectado por el tumor y en el costado que necesita fisioterapia regularmente y le hace la vida muy complicada.

No obstante, sabe de muchas compañeras que se han visto sin su mama o que tras sobrevivir al cáncer se han tenido que enfrentar a la difícil situación que supone reconocer que lo que hacías antes no lo puedes hacer ahora y les ha costado su relación de pareja.

Charo Cortés tiene mucho carácter -sonríe mientras lo dice- y lo ha llevado bien, pero ha visto salir llorando de consulta a más de una paciente y lamenta que no se haya avanzado mucho en los tratamientos de las secuelas que deja esta enfermedad.

A su juicio, el de alguien que ha visto de cerca lo que es el cáncer, es muy importante que se hagan estudios para que quienes sobreviven tengan la posibilidad de recuperar lo máximo posible como estaban antes y puedan hacer una vida normal, concluye. EFE

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