Quique y Adela cuentan en COPE la exclusión lingüística que han sufrido en Cataluña: "No podía más"

Ambos han vivido en primera persona esa discriminación al tratar de comunicarse en castellano

Redactora de COPE.es

Madrid

Tiempo de lectura: 3' Actualizado 00:34

Es una de las noticias más destacadas de esta semana: el TSJC ha acordado mantener el 25% en castellano donde ya se aplicaba. En concreto, se mantiene en dos escuelas donde esta medida ya se aplica por orden judicial, pese a que la Generalitat había pedido que se revocara tras la aprobación de la nueva ley lingüística. Sin embargo, tras este tipo de noticias, se producen historias personales de ciudadanos o personas que viven en Cataluña y denuncian algún tipo de discriminación lingüística.

Te exponemos dos casos. El primero lo protagoniza Quique, nacido en Barcelona. Este catalán tuvo que abandonar Barcelona porque reclamó la escuela bilingüe para su niño y, de seguido, salieron unas medidas cautelares en las que pudieron analizar que en el colegio en el que se encontraba se excluía el castellano. Inmediatamente después, la directora hizo una circular, se reunieron los padres... y desde ese día comenzó lo que él ha calificado de "persecución" a su pequeño y a parte de su familia.


"En el colegio vino un día mi niño, del comedor, y me dijo que no le habían puesto la comida hoy. Le dejaban el último y le hacían levantar la mano para que le pusiesen la comida. Yo pensaba que era un despiste y esto sucedió hasta que yo fui a reclamarlo. Tuve que hablar con las profesoras", explicaba este padre a COPE.

Lo que ellos reclamaban es que su hijo pudiese estar escolarizado en catalán y castellano.

En un principio, 15 padres también tenían la misma petición. No obstante, por miedo, acabó quedándose Quique solo pidiendo esta medida. La Justicia le reconoció el 25% y no se aceptó por parte del profesorado y los padres.

"Sufrimos represalias. Me gritaban al salir de recoger a mi niño. En el parque también nos hacían el vacío. Cuando el pequeño salía al patio evitaba salir porque sentía desprecio y las profesoras le decían que solo podían hablar en catalán".

El padre de Quique también sufrió acoso. "Han llamado a sus jefes y le han creado mal ambiente en su puesto de trabajo".

Han estado 2 años con esta circunstancia... hasta que se convirtió en insostenible. "Me llamaban en oculto. Nos amenazaban con que nos iban a pegar. Nos hacían burla. Hay padres que me llegaron a decir que era mala influencia para sus hijos".

Quique ha asegurado a COPE que no tiene intención de volver a Barcelona porque lo han pasado muy mal. Allí tiene sus amistades, familia y se han visto obligados a dejarlo todo para huir de ese acoso. Por eso, se marcharon hasta Madrid. "Ha sido muy duro. Ya no podía más. Hemos dejado la casa y hemos tenido que adaptarnos. El niño ha tenido que empezar de nuevo en el colegio. Quería poner a salvo a mi hijo y a mis padres, que se han tenido que venir con nosotros".

Ahora, todo ha cambiado. La decisión drástica que adoptaron ha sido para bien aunque no "deja de ser que has tenido que irte de tu tierra. Nos hubiese gustado seguir allí y no tener que marcharnos".

"Me dirigí a él en español y me respondió en catalán"

Adela Arteta también es alumna, aunque en la Universidad. Ella también ha sufrido en primera persona esa discriminación lingüística. Su historia comienza el año pasado. Tuvo que enviar un correo a un docente porque faltó un día. "Yo me dirigí a él en español y me respondió en catalán. Le pedí que me hablase en castellano y se negó. Me dijo que se iba a dirigir a mí en catalán y me sugirió que usase el traductor de Google".

Otro día en clase, mucho más adelante, "tenía una corrección individual con este profesor. El compañero que tenía delante la hizo en catalán. Cuando llegó mi turno, me volvió a hablar en español. Le dije que no lo entendía y me empezó a hablar en inglés". Además, ha contado a COPE que el profesor no dominaba el idioma que seleccionó para evitar, por todos los medios, dirigirse a ella en castellano.


En las próximas correcciones, incidía esta alumna, su táctica era la misma. Empezaba hablándole en catalán y pasaba al inglés. "Fue horroroso".

Es en ese momento, cuando Adela intenta tomar cartas en el asunto. Denuncia la situación a través de Twitter y se hizo viral. "Dije que me sentía bilbaína pero extranjera en España". Su denuncia no fue más allá porque "tenía miedo a que repercutiese en mi nota. Por eso no lo hice. Pero animo a todos los jóvenes a que lo hagan porque sino nunca va a acabar esta imposición nacionalista".