¿Por qué necesitamos las vacaciones? Estos son los efectos que provocan en el cerebro

El período vacacional reduce los niveles de estrés crónico. La dopamina es la hormona encargada de que sintamos placer al disfrutar de los días libres de la rutina

ctv-fes-women-g8124452c9 1920

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

A todas las personas nos gusta pasar un tiempo de vacaciones, de descanso de la rutina diaria. Los expertos aseguran que el simple hecho de pensar que en un futuro próximo gozaremos de unos días libres es más gratificante que los propios días libres. Pero, ¿Son necesarias las vacaciones, qué beneficios nos aportan? Es curioso pero existen muy pocos estudios científicos que traten el tema de los beneficios directos que nos proporcionan los días de descanso del estrés que sufrimos constantemente. Aun así, todos los expertos coinciden en que son imprescindibles.

Así lo concluía un estudio de 2016 en el que participaron 46 trabajadores de una empresa holandesa. En él se les proporcionaron a los empleados varias herramientas (por ejemplo, un martillo) y se les pedía que pensasen en el mayor número de usos que podían darle en el menor tiempo posible (herramienta de construcción, arma, pisapapeles, etc.). Los investigadores descubrieron que las personas, tras 2 o 3 semanas de vacaciones, tenían una mayor flexibilidad cognitiva. Es decir, que eran capaces de dar un mayor número de usos a los objetos en comparación con los resultados obtenidos un par de semanas antes de las vacaciones.

¿Cómo reducir el estrés crónico?

Los distintos estudios sobre la materia explican que, desde un punto de vista biológico, la reducción de los niveles de estrés (además del resto de los beneficios que aportan las vacaciones) es uno de los principales causantes de esta flexibilidad cognitiva. Cualquier trabajo es causante de estrés en los individuos en mayor o menor medida. Pero no tiene por qué ser malo, si solo ocurre en momentos puntuales puede resultar provechoso. Esto es así porque activa una serie de mecanismos que nos ayudan a realizar las acciones cotidianas de nuestro trabajo, como cumplir con una fecha límite.

El estrés considerado malo es aquel que es crónico. Este genera fatiga, mayores niveles de ansiedad, irritabilidad e ira. Sucede prolongado en el tiempo y puede ser resultado de estar sometidos a mucha presión o situaciones que no podemos solucionar. Por ello, las vacaciones consiguen que nuestra salud mental se estabilice, reduciendo exponencialmente el estrés crónico. Pero para que de verdad sean efectivas, es importante lograr que nuestras vacaciones nos liberen realmente del estrés del trabajo (evitar continuar con tareas pendientes, responder correos electrónicos, etc.). También es de vital importancia evitar que los días de desconexión no nos ocasionen un nuevo motivo de estrés.

Dopamina: La hormona del placer

La otra pregunta que se realizan los expertos es ¿Por qué el mero hecho de esperar a que lleguen las vacaciones nos pone contentos? Esto se debe a que nuestro cerebro produce dopamina, también llamada "hormona del placer". Se produce en las neuronas de un par de regiones del cerebro conocidas como Sustancia Negra (por su color oscuro al microscopio) y Área Tegmental Ventral (situadas en el centro de nuestro cerebro, más o menos detrás de las orejas). Ambas regiones contienen entre 400 mil y 600 mil neuronas, las cuales envían axones (impulsos nerviosos) a numerosas zonas del cerebro. Esta acción biológica repercute en una sensación placentera en el cuerpo frente a las novedades y recompensas.

Por eso, nuestro cerebro hace que estemos felices antes incluso de que llegue el período vacacional, ya que la segregación de dopamina se ve drásticamente aumentada. Este sistema que nos genera placer también se ve afectado durante el estrés crónico. Hay estudios que muestran que niveles altos o crónicos de estrés (como a los que estamos sometidos durante todo el año), son capaces de causar una reducción de la cantidad de dopamina que se libera, o los cambios en cómo esta se metaboliza. Además, dichos cambios no ocurren únicamente en la Sustancia Negra o en el Área Tegmental Ventral, sino también en los sitios a los que mandan sus axones.

Existen estudios que han demostrado que el estrés crónico puede cambiar el número de receptores de dopamina en las áreas que reciben su alcance. Cuando esto ocurre, se suelen desarrollar comportamientos depresivos. Por lo tanto, las vacaciones que nos liberen del estrés ayudarán a reequilibrar el sistema dopaminérgico. Los expertos están centrando las nuevas investigaciones en dar respuesta a si es mejor tener unas vacaciones prolongadas o si resulta más beneficioso realizarlas en períodos cortos y escalonados.