Los gritos y su relevancia en el ser humano: Se pueden emplear para comunicar hasta seis emociones distintas
A diferencia de los gritos exclusivos de advertencia en los animales, el hombre es capaz de vocalizar emociones como el dolor, la ira, la alegría o la euforia
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Son varias las especies animales que se comunican entre ellos mediante los gritos. Estos sirven como advertencia de un peligro, que el resto del grupo sabe interpretar y se pone a salvo como consecuencia, es decir, el grito es asociado exclusivamente a una situación negativa. Por ejemplo, hay varios estudios que han analizado el comportamiento de los monos y observaron que emitían distintos tipos de gritos para alarmar de diversos conflictos. Pero también los humanos empleamos estos sonidos con una intencionalidad comunicativa. Por ello, un grupo de científicos ha querido analizar qué sentimientos somos capaces de transmitir con nuestros gritos y si son solo de carácter negativo. Su estudio ha sido publicado en la revista 'PLOS Biology'.
Los investigadores explican: "usamos cuatro experimentos diferentes psicoacústicos, de toma de decisiones perceptuales y de neuroimagen en humanos para demostrar la existencia de al menos 6 tipos psicoacústicamente distintivos de gritos de naturaleza tanto alarmante como no alarmante, en lugar de que solo haya gritos causados por miedo o agresión". La psicoacústica es un método de estudio que analiza la relación entre las características de un sonido con la respuesta psicológica que provoca en los individuos. De la misma manera que otros animales, el hombre grita cuando siente miedo o se ve amenazado. No obstante, los chillidos también son vocalizados cuando sentimos euforia, alegría o desesperación.
Gritos exclusivos del ser humano
Los 12 participantes de la investigación tuvieron que emitir varios gritos de distinta procedencia (positiva y negativa). Para después exponérselas a otro grupo que debía asociar cuál era su naturaleza, mientras se les realizaba una resonancia magnética funcional, para observar qué les ocurría en el cerebro al escuchar las reproducciones de los gritos. "Durante el reconocimiento, encontramos que los gritos de alarma (con algunas excepciones) fueron en general los peor discriminados, se respondieron a los más lentos y se asociaron con una menor sensibilidad perceptiva para su reconocimiento en comparación con gritos que no son de alarma".
Dolor, ira, miedo, placer, tristeza y alegría fueron las emociones que los sujetos del experimento reprodujeron en forma de gritos. Los investigadores se sorprendieron al observar que los sonidoscuya naturaleza no era alarmante desencadenaban una mayor actividad cerebral. "Estos hallazgos muestran que las llamadas de grito son más diversas en su naturaleza comunicativa y de señalización en humanos de lo que se suponía anteriormente", aseguran los autores del estudio.
La investigación realizada es un gran aporte a la comunidad científica, ya que implica la relevancia del proceso evolutivo humano. Al haberse comprobado que, aunque en otras especies de mamíferos los sonidos son solo de alarma, el ser humano ha evolucionado hasta el punto de ser capaz de vocalizar gritos de otra naturaleza comunicativa. Además, se ha verificado que los gritos de alegía o placer son exclusivos del hombre. "Señalar y percibir estas emociones positivas en forma de grito parece haber ganado prioridad en los humanos sobre las señales de alarma, un cambio de probablemente se deba a contextos socialmente evolucionados y complejos de los seres humano", recalcan los investigadores.